Son concentraciones y marchas, al margen de las que han convocado las organizaciones agrarias. Agentes de la Guardia Civil están intentando dar fluidez al tráfico, aunque se están produciendo retenciones. Según los datos de la DGT, las movilizaciones han afectado a las principales carreteras que atraviesan Aragón. Por ejemplo, la A-23 en Villadoz, Villafranca del Campo o El Temple, la nacional II en Bujaraloz, la A-22 en Siétamo, la A-68 en Figueruelas, la A-2 en Moreal de Ariza y Vetina o la nacional 232 en Quinto. También ha habido retenciones en otras vías nacionales o autonómicas cercanas a El Grado, Torrente de Cinca, Puebla de Híjar, Barbastro, Quinto, Borja, Binéfar o Ainsa. Los agricultores piden soluciones a los problemas del campo. Dicen que la burocracia les asfixia y que no pueden desarrollar esta actividad económica.
Las movilizaciones también afectan a los accesos de las capitales de provincia. Los tractores han dificultado el tráfico en las carreteras cercanas a Huesca y Teruel. Además, en la capital aragonesa los agricultores han bloqueado mañana Mercazaragoza y han circulado por el tercer cinturón. Esta movilización ha provocado problemas en el tráfico, pero muchos ciudadanos entienden las reivindicaciones de los profesionales del campo.
El vicepresidente del Gobierno aragonés, Alejandro Nolasco, considera legítimas las concentraciones de tractores de los profesionales del campo. Cree que se han dado cuenta de los efectos “nocivos” de la Agenda 2030 y de los “burócratas de Bruselas que mandan sobre la soberanía de los pueblos”. Cree que la Unión Europea debe tomar nota de las protestas.
Desde el Partido Socialista señalan que siempre han estado junto a los agricultores. La portavoz del PSOE, Mayte Pérez, señala que el Gobierno aragonés no puede dar lecciones cuando prometió que iba a aprobar ayudas directas y finalmente serán créditos blandos.