En Alcañiz los desperfectos superaron los 900.000 euros tras el paso de un tornado que afectó a las zonas industriales de la capital bajoaragonesa y también al casco urbano, donde, según explicaba su alcalde, Ignacio Urquizu, "hubo que recurrir a una empresa especializada para que se encargara de la tala y retirada de los árboles dañados y todavía tenemos pendiente de ejecución una obra de emergencia para consolidar el cerro Pui Pinos".
En Calanda el granizo se llevó el 90% de la cosecha del melocotón y también resultaron dañados otros cultivos hortofrutícolas. Su alcalde, Alberto Herrero, urge a las administraciones la llegada de las ayudas comprometidas "para que los agricultores puedan empezar a planificar la campaña del año que viene".
Y en Andorra una fuerte provocó afecciones en casas, cocheras y bajos comerciales, dejó calles intransitables y el 90% de los vehículos con abolladuras y lunas rotas. El ayuntamiento habilitó una base de datos para negociar compensaciones con las compañías de seguros y con la administración para la declaración de zona catastrófica.