Cuando se está pensando en planificar objetivos a largo plazo hay que tener en cuenta que son aquellos que se desean a más de 10 años, por ejemplo: la entrada a una vivienda, cancelación de la hipoteca, futuros estudios de los hijos, (la universidad, el Máster), o el objetivo principal a largo plazo, el de poder disponer de un ahorro para complementar nuestra futura pensión de jubilación, la cual se va a ir reduciendo conforme vayan pasando los años.
Marcos Pascual, del despacho de Luis Ignacio Fernández Irigoyen, explica que hay que tener claro que, a menor tiempo, mayor esfuerzo para conseguir un objetivo a largo plazo, pero si se dispone de muchos años para dicho objetivo, es lo idóneo. Con un ahorro periódico, adaptado a la capacidad de ahorro, se puede conseguirlo sin esfuerzo.
Además del tiempo, existen más ventajas para un objetivo a largo plazo, algunas de ellas pueden ser: