En Aragón padecen epilepsia unas diez mil personas. El 30% de ellas sí pueden sufrir ataques en los que a la pérdida de la consciencia se suman violentas convulsiones que representan un serio riesgo de lesiones y necesitan una atención inmediata para evitar que, por ejemplo, el paciente se muerda la lengua.
Esta manifestación de la epilepsia no es la norma general, destaca la presidenta de la Asociación Aragonesa de Epilepsia, Ana Millán. De hecho, hay hasta cuarenta tipos diferentes de crisis epilépticas. Muchas de ellas apenas son perceptibles y se reducen a una ausencia mental de apenas unos segundos, en las que la persona que la sufre únicamente parece quedarse ensimismada y desconectada de la realidad..
La epilepsia puede aparecer en cualquier etapa de la vida, aunque es en la niñez y la adolescencia hay una mayor prevalencia. En los últimos tiempos, debido al aumento de la longevidad también se está incrementando el número de casos en la vejez. Ana Millán ha señalado que en su caso con 16 años y ha podido llevar una vida relativamente normal y formado una familia, por lo que hace un llamamiento para no estigmatizar a quienes la sufren.