La planta de Opel-Stellantis en Figueruelas podría retomar este miércoles la producción de vehículos, que de momento, se mantiene paralizada desde el domingo por la noche, debido a problemas de suministro. En concreto, faltan semiconductores, que están totalmente agotados en el mercado internacional.
Es por tanto un problema global que afecta a todas las compañías de automoción. En Zaragoza ha obligado a realizar ajustes en el proceso de fabricación, y en las próximas horas se decidirá si es posible reactivar la producción, que habitualmente asciende a 2.000 vehículos por día.
Los semiconductores son necesarios para completar los componentes electrónicos del vehículo, como los sistemas de frenado, ayuda a la conducción o retrovisores con cámaras. La escasez de estos chips en el mercado internacional provocará este trimestre que se deje de fabricar un millón de vehículos, 200.000 de ellos en Europa. Sin embargo, las compañías podrán recuperar la producción a final de año.
Y es que el problema es coyuntural. Su escasez se debe a que las empresas asiáticas dejaron de producirlas por la caída de la demanda del sector de la automoción, que se ha recuperado antes de lo previsto. El gerente del clúster del automóvil, David Romeral, cree que de nuevo esta situación pone de relieve la necesidad de depender menos de mercados externos y apuesta por fabricar en Europa estos componentes esenciales para los vehículos de nueva generación. Cree que los fondos europeos son una oportunidad en este sentido.