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San Blas es uno de los santos barbudos y fogateros y con él terminan las hogueras que, en honor a todos ellos, se han estado encendiendo, desde el 11 de enero, en Aínsa. El 2 de febrero celebran La Candelera, el 3 de febrero, san Blas y durante todo el fin de semana, La Ferieta. Una cita tradicional desde el siglo XI. Enrique Pueyo, alcalde de Aínsa, explica cómo fue un privilegio que se concedió a la villa y desde entonces la importancia de esta cita ha ido variando.
En la edición de este año van a participar más de cien productores, todo un récord como asegura Pueyo, para ofrecer, no sólo artículos de artesanía sino también degustaciones gastronómicas como caldo de gallina del Sobrarbe o caldereta para todos los que se acerquen hasta la villa y que se elaborará en una hoguera que se encenderá en la plaza.
Además de estos cien productores que participan en la Ferieta y en la que hay muchos artesanos, se dan cita ganaderos de variedades autóctonas pirenáicas y razas propias de la zona como la gallina del Sobarbe, se va a celebrar la Feria de la Trufa Negra de Aínsa, que se celebrará en una carpa ubicada en el patio de armas del Castillo.
Actividades como las hogueras en honor a los santos barbudos o la Ferieta están ayudando a la desestacionalización del turismo. En enero han incrementado un 21,4% el número de turistas respecto al mes anterior, llegando a 807 visitantes que han pasado por la oficina de turismo. Procedentes, sobre todo de Zaragoza, Huesca, Cataluña, Comunidad Valenciana y Madrid, aunque también han recibido turistas de Bélgica, Noruega, Alemania y Francia.
El carácter abierto de los vecinos de Aínsa y las actividades abiertas a toda la población son algunos de los atractivos que valoran quien visitan la villa en invierno.