Gonzalo González, propietario de Mil Comics, ha explicado que tras solucionarse algunos desajustes técnicos que complicaron el inicio en la primera convocatoria, notaron que la acogida de los 100 euros del bono cultural que podían destinarse a publicaciones en papel fue muy positiva porque muchos jóvenes los utilizaron para adquirir cómics, especialmente de género manga, al igual que sucedió en Francia
Otros 200 euros se pueden gastar en entradas y abonos para artes en vivo, patrimonio cultural y artes audiovisuales. Sin embargo, el promotor Toño Monzón, responsable de Hacedor de Proyectos, asegura que apenas notaron que se produjera un incremento de afluencia a espectáculos escénicos, y cree que deberían aplicarse otras políticas para fomentar el interés por las artes escénicas entre el público más joven.
Los 100 euros restantes del bono pueden destinarse a suscripciones de consumo digital en línea, tanto musicales como de contenido audiovisual y videojuegos on-line. Desde el Foro Nacional de la Cultura, Esther Ciudad ha señalado que toda iniciativa para favorecer el acceso a la cultura es positivo, pero echa en falta que tras la experiencia de la primera convocatoria no se haya realizado un estudio que permita conocer qué incidencia tuvo y en qué gastaron los jóvenes esa subvención.