Cuando se decidió la ubicación del colegio María Zambrano en el curso del conocido como Barranco de la Muerte, nadie solicitó al Colegio de Geógrafos ningún informe sobre los riesgos, ni existía constancia por parte de la Confederación del Ebro de registro alguno sobre los riesgos que comportaba el barranco, aunque se trataba de un riesgo totalmente previsible, ha explicado el presidente de este colegio profesional, Rafael Martínez.
Han sido las familias del colegio María Zambrano las que han solicitado el estudio a los geógrafos para, finalmente, confirmar que las medidas adoptadas por el Departamento de Educación, como la construcción de un muro perimetral, un aliviadero y un canal seco, no sería suficiente para desahogar una avenida como la del 6 de julio. El informe también señala una recurrencia media de precipitaciones de este nivel de entre 16 y 20 años.
Ante estos resultados, las familias se concentran esta tarde ante las puertas del Colegio para pedir al Gobierno de Aragón la reubicación del centro. Su portavoz, Noemí Corbatón, asegura que algunas familias han decidido escolarizar a sus hijos en otros centros, aunque la mayoría llevará a sus hijos al colegio, ya que sabiendo ahora lo que pueda pasar en caso de una gran tormenta, habría margen para evacuar el centro si la lluvia arrecia.