El casco viejo de Huesca será objeto de intervención urbanística en el año 2025, a través de un proyecto que contempla tres actuaciones. Se reurbanizará la calle Desengaño, se habilitará una escalera que conectará la parte alta y baja del casco, y se demolerán unas viviendas antiguas adheridas a la muralla.
La calle Desengaño es una de las más largas de la ciudad que espera su reestructuración desde que se acometieron las obras de la Muralla, entre 2011 y 2015. Ahora, el área de Urbanismo del Ayuntamiento de Huesca trabaja en un proyecto de reurbanización que, siguiendo la tipología del Casco Antiguo, contará con una plataforma única. Por otra parte, el proyecto de mejora del Casco Antiguo contempla también la ubicación de una escalera que junto a la fachada del colegio San Vicente, conectará el extremo Sur de la Muralla con la Ronda Montearagón. En este punto, la alcaldesa de Huesca, Lorena Orduna, ha querido dejar claro que el proyecto inicial, que incluía coger parte del aula de psicomotricidad del colegio y que tanta polémica levantó en su día, ha sido modificado y solo afectará a una parte que pertenecía a la antigua casa del guarda.
Dicha escalera contará con dos tramos y se aprovechará la intervención para solucionar el problema de humedades en esa zona y habilitar una salida de emergencia para el colegio. Para finalizar, se derribarán unas viviendas antiguas que están adheridas a la antigua muralla que no tienen valor patrimonial, cuyas parcelas son propiedad municipal.
Este proyecto conjunto del Casco Histórico, en una primera fase, contempla 700.000 euros del presupuesto municipal de 2025 y corresponderán 350.000 euros a la reurbanización de la calle Desengaño; 200.000 euros a la escalera y 170.000 a la demolición de los edificios anexos a la Muralla.