Aunque las lluvias de las últimas semanas han dado una tregua, el 20% de la cuenca del Ebro sigue en situación de sequía prolongada, y el 41%, en alerta. Las mayores complicaciones se dan en la parte catalana de la cuenca. Desde la Confederación Hidrógrafica valoran que, pese a las dificultades, se han cumplido las recomendaciones y los prorrateos de los grandes sistemas han sido efectivos. Además, se han garantizado los caudales ecológicos en el 90% de los casos.
La presidenta de la CHE, Dolores Pascual, recuerda que ha sido una sequía histórica porque ha afectado a casi toda la cuenca y a muchos sistemas donde no es habitual esta falta de agua. Explica que se va a empezar ya a elaborar un informe post sequía para medir la efectividad de las medidas adoptadas y planificar otras para dar una respuesta adecuada a futuros episodios de sequía. El informe medirá la repercusión económica, ambiental o social de la falta de lluvias.
La Confederación Hidrográfica del Ebro avala además los planes del Ayuntamiento de Zaragoza para mejorar la seguridad en el colegio María Zambrano, muy afectado por la tormenta torrencial del 6 de julio. El consistorio planteó alargar el muro construido de urgencia por el Gobierno aragonés y también crear un canal para proteger el centro en episodios de lluvias torrenciales. María Dolores Pascual, cree que esas acciones son adecuadas para canalizar las aguas del barranco de la Muerte en caso de que se volviese a desbordar. Suponen una mejora de la seguridad respecto a la situación anterior.