Donde dije digo, digo Sergio
Escuchando las negativas constantes de Castro y Orta no quedaba otra que pensar que Sergio Ramos nunca volvería al Sevilla. Error.
En una jugada digna de Maradona, el club nervionense, a través de su vicepresidente Del Nido Carrasco, regateó en seco y sorprendió a todos. Sergio Ramos quería volver a Nervión. Y Pepe Castro quería un avión. Pues ya lo tiene. El vicepresidente que dentro de nada será presidente decidió ir a por el camero este domingo, a pesar de que el director deportivo había dicho que "no hay ninguna posibilidad de que Sergio juegue en el sevilla por el modelo de plantilla que tenemos y porque disponemos de seis centrales. Tenemos un modelo de regeneración del club, de buscar jugadores que luego te den plusvalía... en nuestro modelo de fichaje no encaja Sergio". Más o menos lo mismo dijo, en la previa de la supercopa, el presidente. "no tenemos nada en contra de Sergio pero dentro de lo que tenemos previsto esta temporada en el Sevilla, no encaja", declaró el 15 de agosto. Y ambos lo pensaban. Pero José María Del Nido cambió el rumbo.
Sergio ya se había ofrecido a comienzos de agosto, como reveló Enrique Ortego en Onda Cero, llamando directamente a José Luis Mendilibar para decirle, incluso, que estaba listo para jugar la supercopa. A Mendilibar le gustó la opción, pero el club no movió ficha y aquello quedó en anecdota. Tras el cambio de opinión de este domingo fue fácil llegar a un acuerdo con el exdefensa del PSG y Real Madrid. En Arabia, en el Al-Ittihad, le ofrecían 9,2 millones de euros netos más casa y personal de servicio. Pero no se podía comparar con volver a casa, aunque haya aficionados que no lo terminen de ver y que aún recuerden, con pesar, su marcha en 2005 y el episodio de los gestos en 2017. Ramos ha aceptado un año de contrato con una ficha de 1,4 millones de euros limpios. 18 años después regresa el hijo pródigo.