Ángel Andrés Jiménez lleva pitando partidos desde 1994. Un día se cansó de luchar solo con su silbato e inició una cruzada para impulsar el juego limpio. Así fue como este profesor de lengua se ganó el apodo de "Árbitro de la paz". Desde hace un tiempo, promueve el VAR de la honestidad y el VAR de la afición. Una iniciativa que fomenta en los campos de fútbol y que trasmite a través de las redes sociales, donde sus mensajes se han vuelto virales.