No pudo ser. El esperado debut en una Copa de España terminó con un severo castigo en forma de seis goles encajados en el segundo envite de cuartos de final. Esta cita histórica se encaró con el entusiasmo e ilusión de competir con ahínco, tratar de estar dentro de la disputa por la victoria hasta los últimos instantes y, a partir de una buena defensa, utilizar las transiciones a portería rival como el principal arma ofensiva. Este plan de partido, previsto por José Antonio Borrego “Tete”, se fue al traste demasiado pronto.