La historia de Pepe Porras lleva más de 50 años ligada al mundo de la hostelería. Casi 30 de ellos desde un emblemático establecimiento en un enclave privilegiado. Desde el centro histórico ha sido testigo directo de la evolución de la ciudad, que poco a poco a ido despidiendo a sus locales míticos para dar paso a las nuevas generaciones.
También ha sido testigo del cambio dentro del propio sector, muy consciente de los problemas actuales a los que se enfrenta, y ahora resiste como uno de los pocos mesones tradicionales, que apuestan por la cocina tradicional. Mucha presencia malagueña en su oferta gastronómica, pero con pequeños toques actualizados.