Cruz Roja ha analizado más de mil casos de personas migrantes para estudiar cómo es la salud mental de las personas que viven este proceso. Más allá de conocer a que se enfrentan quienes pasan por este cambio de país forzoso, la ONG busca crear un plan de acción que minimice las consecuencias, sabiendo su fuente. Una de las principales conclusiones que este estudio ha revelado es que la situación que más protege frente a los riesgos y afecciones derivadas de la migración forzosa es el empleo y la ocupación remunerada.
Otras factores son el apoyo familiar, los hábitos y estilos de vida saludable o la sexualidad sana vivida libremente. El estudio también revela que las necesidades de los usuarios varían en función del enfoque de la interseccionalidad para la integración de la diversidad y minorías racializadas, como el sexo, género, etnia, orientación afectiva y sexual.