Se trata de la fosa en la que han sido hallados los restos de diez personas con disparos en la cabeza y las manos atadas a la espalda, según ha detallado a Europa Press Francisco de Asís Carrión Jiménez, sociólogo del proyecto 'Barranco de Víznar. Lugar de Memoria'.
Cuando esta mañana el equipo ha regresado al lugar tras el fin de semana ha encontrado alterado todo el perimetraje de seguridad que colocan en torno a las fosas cada viernes y al entrar han comprobado que la fosa número 17 ha sido profanada y que en uno de los individuos faltaba el maxilar y la mandíbula con varios dientes de oro, hechos que ya han denunciado ante la Guardia Civil.
El equipo que trabaja en este enclave ha recordado que se trata de la tercera agresión en el barranco, tras la sustracción de material en la pasada campaña; el ataque a un familiar que visitaba las fosas hace unos meses y ahora este robo. Por ello reclaman a las instituciones competentes que activen las medidas de seguridad necesarias para que estos hechos no vuelvan a repetirse.
Este vil robo no sólo ha generado "tristeza, indignación y sentimiento de vulnerabilidad" en los familiares de las víctimas, sino que perjudica en gran medida las labores de identificación, pues los ladrones se han llevado una parte fundamental que suele usarse en este proceso como son las piezas dentales.
Tanto los familiares de las víctimas como los expertos que trabajan en las fosas del barranco de Víznar censuran esta "ausencia de protección" en un enclave en el que la Fiscalía investiga ya como posibles delitos de lesa humanidad el fusilamiento de 49 personas cuyos restos fueron exhumados entre 2021 y 2022.
"Nosotros estamos cumpliendo con nuestro deber de investigación y divulgación, pero las instituciones y los cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado tiene que asumir esa protección", relata el experto, recordando que, a diferencia de otras fosas comunes que se encuentran en cementerios o espacios cerrados, las del barranco de Víznar están al aire libre en este paraje.