Al municipio cada verano llegan los temporeros para trabajar en el campo en las cosechas de tomate cherry o el calabacín, entre otras. Al principio, nos explica su alcalde, se instauró el miedo en este pueblo con cerca de 614 habitantes. La preocupación se extendió al pasar el estado de alarma sin ningún caso de contagio y contabilizar en la actualidad este brote que mantiene a 15 trabajadores procedentes de Bolivia aislados.
"Tenemos que aprender a vivir con esto". Son las declaraciones de Martín que insiste en que el pueblo todo continúa de forma normal a pesar de la sospecha de estos contagios. Según explica, se ha procedido al aislamiento del posible paciente cero y al resto de personas de su círculo siguiendo las recomendaciones de las autoridades sanitarias.