Reacción que permitirá a las de Ambros Martín llegar a la última jornada de la segunda fase, en la que las Guerreras se medirán el próximo domingo (18:00) con una Alemania ya clasificada, con posibilidades de alcanzar los cuartos, para lo que deberán ganar a las anfitrionas y esperar una derrota de Serbia ante Montenegro. Una última oportunidad que el conjunto español a punto estuvo de dejarse escapar, empeñado como estuvo durante casi toda la primera mitad en estrellarse con las porteras rivales, un problema recurrente a lo largo de todo el campeonato.
Falta de efectividad a la que las Guerreras añadieron en esta ocasión una endeblez defensiva que permitió a Islandia situarse con una más que inquietante ventaja de tres goles (12-9) a falta de ocho minutos para el descuento. Un resultado que hizo sonar todas las alarmas en el equipo español, que aferrado a las paradas de Lucía Prades y a los goles de la pivote Lyndie Tchaptchet logró dar la vuelta a la situación y cerrar la primera mitad por delante en el marcador (13-14). Pero si algo ha lastrado a España en este torneo es al irregularidad, combinando momentos de gran juego con otros en los que las Guerreras se derrumban ante la más mínima adversidad.
Un problema que volvió a repetirse en el arranque del segundo período, en el que las de Ambros Martín parecieron olvidarse de todo lo bueno que habían hecho en los minutos finales de la primera parte. Once minutos de zozobra que parecieron condenar a España a una nueva derrota, tras volver a situarse con una desventaja de tres tantos (19-16) en el marcador. Pero Lucía Prades, que debuta en este Mundial en una gran cita internacional, no estaba dispuesta a que la aventura de las Guerreras se acabase tan pronto y al igual que hizo en el primer período rescató a la selección con sus oportunas intervenciones.
Paradas que unidas a los tantos de la lateral Maddi Bengoetxea, otra debutante, y la pivote Lyndie Tchaptchet, que cerró el duelo con seis dianas, permitieron a las Guerreras no solo igualar la contienda, sino dar por completo la vuelta a partido con un demoledor parcial de 1-13 que permitió a España dejar sentenciado el duelo (20-29) a tres minutos para la conclusión.