Enviado especial a Tokio | 28.08.2021 13:31
"Es como un matrimonio pero sin poder solucionar los problemas en la cama. No es mi guía, es mi compañero. Somos como un K2, esa es una frase que me gusta mucho. No tiene que preocuparse por mí, solo de 'maltratarme' y llevarme al límite entrenando. Esa es la clave del éxito", no duda en afirmar Héctor Catalá sobre su guía Gustavo Rodríguez
Pasan tanto tiempo juntos que para sus familias cada uno de ellos es como uno más: "Voy a su casa y las niñas ya me quieren como si fuera su tío. Cuando él viene a Valencia, es verdad que no le saco a cenar todo lo que él quisiera, pero está a gusto. Esto no es venir competir y ya está, esto es mucho trabajo". Tanto es así que Héctor bromea y lanza una sugerencia a la prensa: "Pregunta a Gus cuántas noches ha dormido conmigo y cuántas en casa con su mujer".
Y pese a que tienen personalidades muy distintas, han sabido encontrar un término medio para que se haya podido alcanzar este éxito: "Este año hemos pasado mucho tiempo juntos y somos dos personalidades muy diferentes pero nos compenetramos muy bien. Él tira más al lado metódico hasta rozar la obsesión. Yo entrenando sí, pero en lo que rodea el día a día tiro del otro lado, y buscamos un punto medio más cerca del suyo", comenta Gustavo Rodríguez.
"De las cosas no importantes (comida, orden) somos antagónicos. A Gustavo le gusta cenar fuera a mí en casa, a mí me gusta tener cada cosa en un sitio, él es lo contrario. Lo importante es que somos obsesivos con el entrenamiento, no perdonamos una sesión, miramos los datos y nos retroalimentamos los dos en eso y creo que esa es la clave", finaliza el triatleta.