Tras una histórica noche en la que se impuso en un duro partido a Suecia -algo hasta entonces inédito-, La Roja firmó su billete a la máxima instancia de la cita mundialista con un primer gol de Salma Paralluelo y la decisiva anotación de Olga Carmona ante más de 43.000 espectadores.
Las jugadoras se despidieron de Nueva Zelanda, que ha sido su hogar desde el pasado 8 de julio, cuando aterrizaron en Auckland para dar inicio a su concentración en las antípodas, en medio de una masiva celebración.
La icónica victoria española fue acompañada por 43.217 espectadores, que tiñeron de rojo gran parte de las gradas del estadio Eden Park y manifestaban su apoyo a la selección con cánticos, olas y pancartas.
Asimismo, la emblemática Sky Tower, uno de los edificios más imponentes de la ciudad más poblada de Nueva Zelanda, se iluminó de rojo y amarillo -los colores de la bandera española- después de la rotunda conquista.
Por la tarde, la delegación española se desplazó a Sídney, donde tiene previsto empezar mañana su preparación para la cita decisiva del domingo, cuando se medirá en la gran final al ganador del duelo entre Inglaterra y la coanfitriona Australia, que jugarán este mismo miércoles por la segunda semifinal del campeonato.