Miles de personas han abarrotado la explanada del Ayuntamiento de Bilbao y sus aledaños para homenajear al Athletic Club con motivo de la Supercopa conquistada por el equipo rojiblanco ayer en el Camp Nou frente al FC Barcelona.
Los jugadores han llegado a las inmediaciones de la casa consistorial, engalanada con una gran pancarta rojiblanca en su balconada en la que se leía 'Txapeldunak' (Campeones), montados en el autobús descubierto al que se han subido casi una hora antes en la Basílica de Begoña.
Los campeones se han apeado del vehículo, jaleados por esa impresionante marea humana que se ha citado en el mismo escenario donde hace 31 años el Athletic celebró su último título en 1984.
Antes de la recepción oficial en el Salon Árabe, futbolistas, técnicos y directivos han posado con la Supercopa en las escalinatas del consistorio acompañados por el alcalde de Bilbao, Juan Mari Aburto.
Además tuvo unas palabras de agradecimiento para todo el equipo técnico que la ha acompañado en todos sus éxitos, siendo parte importante su entrenador, Fernando Rivas, y su psicólogo, Pablo del Río, siempre muy presentes en los logros de Carolina.
"Una de las cosas más importantes que pueden hacer los padres es dejar a tu hijo que disfrute de lo que quiera y eso han hecho los míos conmigo", declaró la jugadora española, cuyos progenitores estuvieron presentes en la rueda de prensa de reconocimiento del nuevo éxito de Carolina Marín para el deporte español.
La campeona del mundo quiso restar importancia al incidente con el himno durante la ceremonia de entrega de premios. "La Federación Mundial ha pedido perdón, ha pasado en otros deportes y lo hemos tomado como una anécdota. Yo solo quise disfrutar de estar arriba y la medalla de oro".