El Palacio de los Deportes volvió a vibrar como en las grandes ocasiones. El Real Madrid sacó su mejor versión en un encuentro espectacular, lleno de mates para la foto y de triples estratosféricos. Un auténtico recital que amilanó a un Khimki que llegó a la capital de España con uno de los mejores balances en toda Europa.
El acierto inicial de los merengues llevó el nombre de Facundo Campazzo, enrabietado y hambriento, aunque el verdadero arreón del Madrid fue con Randolph 'on fire' desde el perímetro. El estadounidense dio un clínic desde la línea de 6,75 con cinco triples en sus cinco primeros intentos, alguno de ellos con el aliento del rival en el gaznate.
El Khimki pronto se desconectó tras el imponente juego de su rival con un juego deslavazado, sin encontrar -si quiera- el consuelo de Shved, uno de sus mejores hombres. Para colmo del equipo de Rimas Kurtinaitis apareció Jordan Mickey con una actuación fulgurante, dos rebotes y tres canastas consecutivas. Estaba todo dicho y sólo se llevaban 18 minutos de partido (60-36).
La proyección de los dígitos anunciaba un marcador histórico para un Real Madrid que sigue siendo muy fiable al calor de su público. Esta temporada, como suele ser habitual, todavía no han hincado la rodilla ni lo harán si ofrecen el nivel de esta martes. Walter Tavares y Jaycee Carroll tampoco se quedaron fuera de la fiesta. En total, 15 y 13 puntos para hacer más grande la paliza.
En los cuartos finales, Laso aprovechó para que alguno de sus jugadores ganase en confianza, aunque no fuese el caso de Laprovittola, que se enrocó en sus primeras acciones y terminó sin anotación en 11 minutos de juego, pero sí sirvió para que hubiese más rotación, más descanso en los habituales y mucha diversión en la calle Goya.
En el último asalto, el conjunto blanco levantó el pie y no masacró a un rival que estaba hundido y sin argumentos. El propio Kurtinaitis también aprovechó la ocasión para dar minutos y mover el banquillo. Éste fue el único cuarto que se llevaron los rusos después de sufrir el impresionante sometimiento de un Real Madrid que recordó al de las mejores ocasiones.