El Sexto Hombre

El título redentor

Conviene centrarse en el presente, sin remover cuestiones del pasado, mas siempre ayuda mirar de reojo, tampoco por mucho tiempo no sea que tropieces. Mi mirada, de soslayo, me lleva al 12 de mayo del 2013. Hace dos años Pablo Laso pronunció estas palabras:

ondacero.es

Madrid | 19.05.2015 13:28

El Real Madrid campeón de la Euroliga | EFE

“Creo a muerte en el baloncesto que hacemos. Vamos a seguir nuestro camino para ganarnos más oportunidades como esta que acabamos de perder”.

Por aquel entonces, el Real Madrid de baloncesto había devuelto la ilusión a sus aficionados y a los más utópicos del lugar, les trasladaba a un tiempo en el que se vivía el deporte de la canasta con la alegría en el juego y la diversión por castigo. El Olympiacos, con Spanoulis al frente, asestaba una puñalada en el corazón blanco. Y con la herida abierta, los hubo que quisieron cuestionar el camino recorrido. Lejos estaba de cicatrizar con el tiempo, pues los reduccionistas exigían la conquista del fin sin importar el cómo.

El camino no ha variado, con sus curvas cerradas y sus cruces de visibilidad reducida. El vehículo con el que transitar pasó la revisión, con una perfecta puesta a punto, y sus ocupantes han disfrutado del recorrido y del paisaje. Hasta tal punto que no quieren apagar el motor por mucho que hayan llegado a su destino. Hubo quienes tuvieron que apearse en marcha pero su contribución para un sereno viaje no debe caer en el olvido. "Todo lo dora un buen fin, aunque lo desmientan los desaciertos de los medios".

Conviene no caer en el reduccionismo o en la simplificación del éxito. Podrás pensar que desde la llegada de Rudy Fernández el Real Madrid aspira a todo, o que Pablo Laso ha logrado 8 títulos en 12 finales jugadas, incluso que Andrés Nocioni ha imprimido el carácter necesario en las grandes citas o que Gustavo Ayón proporciona el nivel de músculo interior imprescindible, sin olvidar la presencia de Felipe Reyes, Sergio Llull, Carroll y Sergio Rodríguez en todos estos años. Si nos limitamos a un aspecto, erramos. Es la suma lo que conduce al todo, y evita la nada.

Los hechos, incuestionables, sitúan en la Historia del Real Madrid a Pablo Laso. Y el entrenador vitoriano, como gran gestor de sus recursos, instala a su EQUIPO en la leyenda merengue. Y es ese trabajo alejado de los focos el que les ha conducido hacia la gloria. Pablo Laso, y su cuerpo técnico y ayudantes, han conseguido tal armonía interior que la herida abierta por Spanoulis ha cicatrizado en las bruces del genial base heleno. Justicia poética.

Un detalle ilustrativo: en los momentos cruciales de la Final Four, el quinteto del Real Madrid lo componían Sergio Rodríguez, K.C. Rivers, Maciulis, Slaughter y Nocioni. Tanto en la semifinal como en la final, los actores secundarios justificaron porqué visten la camiseta blanca. A eso añade un chispazo de inspiración de Carroll en el tercer cuarto de la final, la sublime semifinal de Ayón o la perenne aportación de Llull, Chacho y Felipe. La suma de la partes…

Juan Carlos Sánchez, Alberto Herreros y Alberto Angulo son los responsables de la sección. Siempre en un segundo plano, con el apoyo de la institución y, por qué no decirlo, de Florentino Pérez, han construido un equipo campeón en el que prevalece el deleite del recorrido como parte fundamental hasta llegar al destino elegido. Ha costado convencer al presidente de semejante axioma, no quiero remover cuestiones pasadas, pero la consecución de la “Novena” conllevará un cambio de mentalidad en todos aquellos que consideran que el fin justifica los medios. Los medios empleados por este Real Madrid merecían un final feliz. Es el título redentor.