Para Miquel Campmany la alimentación es un sector muy complejo e importante que ha experimentado un cambio radical en los últimos 10 años por lo que a la relación con el cliente se refiere. Todo ello teniendo en cuenta que actualmente se enfrenta a un reto tan complicado como es la inflación. Por ese motivo, considera fundamental saber comunicarse correctamente con los consumidores.
El sector de la alimentación vive en una pelea constante entre fabricantes y distribuidores por la relevancia de los productos. Por eso es fundamental que las marcas sean capaces de explicar al consumidor que lo que venden tiene una importancia para ellos.
Otro de los objetivos de las empresas es que no sólo se les identifique por su producto o su beneficio sino también por su contribución con la sociedad, es decir, construir marcas con propósito.
Por último, el tercer gran reto para las empresas del sector de la alimentación es estar en una constante innovación para adaptarse a las tendencias y a las necesidades de los consumidores.
Para Miquel Campmany no existe una receta mágica para el éxito, pero tiene claro que el primer paso es creérselo. En ese sentido, considera que "las empresas deberían obsesionarse con la excelencia, no sólo por un tema de competitividad, sino por hacer las cosas bien".
En estos últimos años, la comunicación con el consumidor ha cambiado radicalmente porque ha variado la forma en la que se relacionan con las marcas. De los programas de televisión, se ha pasado a los influencers, por ejemplo.
Todo ello lleva a las empresas a cambiar su forma de pensar y a ver la incidencia de los productos a largo plazo.
Como pasa en cualquier otro sector, quedarse atrás no es una opción. Las empresas deben usar todas las herramientas disponibles para mantener una buena comunicación con el consumidor, pero sin obsesionarse. Los canales digitales permiten medir datos y eso está muy bien, pero para Miquel Campmany, la perspectiva y la calidad del análisis son fundamentales. Considera que el dato está muy bien, pero que es necesario que sean los expertos en consumo y psicología los que analicen esta información y saquen conclusiones relevantes.
Otra herramienta que empieza a ser importante de cara al futuro es la IA. Una tecnología que se mira con un ojo puesto en la oportunidad y otro en el miedo que genera pero que, según Campmany, ha venido para quedarse. "La IA será clave en el inicio del proceso de producción, es decir, para analizar la información y poder gestionarla mejor".
Por último, para avanzar, las empresas deben tener la mirada puesta en la sostenibilidad. Es fundamental saber cuáles van a ser las tendencias a largo plazo y avanzarse a las necesidades de los consumidores.