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Elvira Mínguez debuta como directora con 'La sombra de la tierra', un drama rural en el que "el odio no envejece, se hereda"

La escritora pasa por Por Fin con Jaime Cantizano y da detalles de la nueva ficción.

ondacero.es

Madrid |

La reconocida actriz y escritora Elvira Mínguez ha dado un paso al otro lado de la cámara con la adaptación de su novela La sombra de la tierra, que llegará este domingo 24 de noviembre a Atresplayer. Ambientada en un pueblo zamorano de finales del siglo XIX, la serie explora un drama marcado por el odio entre dos mujeres, La Garibalda y Atilana, y el impacto devastador de su enemistad en sus propios hijos.

Mínguez confiesa que la novela ya contenía una estructura visual que facilitó su adaptación: "No sé si era un guion novelado o una novela guionada, pero todo estaba dividido casi como en secuencias", comenta. Esto permitió que la transición a una serie de cuatro capítulos fuera fluida, aunque requería expandir ciertos aspectos para darles profundidad.

Para ella, el desafío principal fue recrear la atmósfera de miedo y opresión en la pantalla. "Es una historia de atmósferas, de fluidos y silencios", explica. Este ambiente se logró gracias al trabajo detallado de un equipo técnico de primer nivel, desde la fotografía hasta el diseño de arte y sonido. Elementos como el crujir de tuberías o un cascabel que evoca a una serpiente ayudan a construir una narrativa no verbal que enriquece la trama.

Las protagonistas de La sombra de la tierra están lejos del arquetipo de mujeres sacrificadas que predominan en la ficción. Para Mínguez, estas figuras representan una apuesta por mostrar a las mujeres "de cuerpo entero y cara entera". Inspiradas en su bisabuela y otras mujeres de su entorno familiar, las protagonistas son mujeres fuertes y llenas de defectos, algo que Mínguez considera esencial para avanzar hacia una igualdad real.

Una de las anécdotas más impactantes que dio origen a esta historia fue la vida de su bisabuela, una mujer marcada por el dolor que terminó quitándose la vida. "Se ató las faldas para que no se le vieran las enaguas cuando la sacaran del pozo. Esa imagen me dio un personaje", recuerda.

La serie también se detiene en los efectos del odio heredado, una fuerza que Mínguez considera incluso más poderosa que el amor. "El odio no envejece, se hereda", afirma. Esta emoción atraviesa generaciones, condenando a los hijos de La Garibalda y Atilana a perpetuar un ciclo de rencor. "Es tremendo pensar que puedes arrancarle la libertad a tus hijos transfiriéndoles tu odio", reflexiona.

Elvira Mínguez ha logrado llevar a la pantalla una historia profundamente humana, marcada por la fuerza de sus personajes y un relato que combina lo emocional con lo visual. Con un elenco encabezado por Carmelo Gómez, quien ha regresado al cine para interpretar a Vacas, la serie promete ser una de las propuestas más impactantes del año en la televisión española.