TIRAR DEL ILO DE ISABEL LOBO

El último iLO es el que recuerda que los mejores finales son en alto

Tirar del iLO sin 'H' con Isabel Lobo significa que la hache muda se utiliza para contar eso que no se cuenta tan a menudo sobre piezas musicales, partituras, escalas o historias de voces perdidas en el tiempo. En esta ocasión tira de los iLOs invisibles y durmientes que sostienen la siguiente teoría: pasa en la vida que algunos comienzos se olvidan y que los finales acaban siendo lo más recordado, no así en la música, pues en la música siempre se recuerda mejor cómo empiezan las canciones y las piezas que como terminan.

ondacero.es

Madrid |

La H muda tiene sonido. Hache aspirada, de aspiraciones todas en una. Una letra, la ‘H’, que hace de puente entre su principio y su final. Por eso un último iLO que tira de los ilos invisibles y durmientes. El iLO que nadie cuenta es el que hilvana el principio de las canciones. Pasa que en la vida algunos comienzos se olvidan pronto y son los finales los que acaban definiendo un camino recorrido. Pasa al contario en la música, recordamos mejor los principios que los finales.

Todos saben cómo empieza la Quinta Sinfonía de Beethoven, pero nadie recuerda el final ¿Esto por qué pasa? A saber… ¿No existe la Tocata y fuga? Primero tocas y después adiós sin más. Ese es otro tipo de final, el que prefería Bach. Es mucho más habitual recordar los estribillos que las estrofas enteras. No es invención, prueba… El Te volgio vene te sale solo. Ahora intenta recordar cómo empezaba…

Memoria selectiva así se llaman los ilos invisibles. Y puestos a ser la hilandera de un medio que se hace entender ya sin hilos hace tiempo, tiene su cosa seguir insistiendo en que los hilos tienen un origen en el instrumento que los fabrican: las ruecas. PorFin siempre será la rueca original de Isabel Lobo, en la que se pinchó el dedo y en la que vivió en un insomnio inducido por ensoñación radiofónica transitoria de aquí para allá en el pedal de las franjas horarias. De ahí que descubriera un ilo que pretende deslumbraros, la última bobina.

La sintonía de 'Por Fin No Es Lunes' siempre le ha parecido a Isabel Lobo que termina en alto. Un final que le recuerda al de la Bella Durmiente. Uno es de Onda Cero, el otro es de Tchaikovsky, el Ballet de la bella durmiente. Dos finales que acaban igual: con sueño y sueños. No hay duda. A ritmo de vals todo parece sencillo, hasta recordar cómo fueron los inicios. Y deja ya de tirar y estira de este iLO final, un final aspirado que deja un buen remate al dobladillo de la oreja, el dobladillo que te permite recordar aquello de la vida sonora que puede convertirse en un sueño hilvanado de realidades.