Las moralejas de las elecciones alemanas para los españoles
Ignacio Varela expone el caso alemán como paradigma político frente al actual modo español de ejercer una política que es "cutre, paleta, mezquina, irracional y, sobre todo, asombrosamente irresponsable", según declaraciones de nuestro sabio de sábado.
Ignacio Varela expone el caso alemán como paradigma político frente al actual modo español de ejercer una política que, según declaraciones de nuestro sabio de sábado, "es cutre, paleta, mezquina, irracional y, sobre todo, asombrosamente irresponsable". Así pues, Varela reflexiona sobre los resultados de las elecciones alemanas en aras de que podamos "extraer alunas moralejas que saneen nuestra propia política", ha dicho.
"Los alemanes han desmontado unos cuantos tópicos y estereotipos que aquí se toman como dogmas de la democracia a pesar de que, en realidad, son chatarra que solo sirven para hacer política de gallinero", ha apuntado Varela antes de deconstruir algunos de los mitos con más calado en nuestra sociedad.
La longevidad política de un dirigente desgasta
En primer lugar, Ignacio Varela ha optado por desmontar el que, según su criterio, es uno de los tópicos más arraigados en nuestra sociedad. Y es que el hecho de que un dirigente político asuma durante varias legislaturas el poder no ha de ser pernicioso si su trabajo es bueno. "Esto no es un problema de tiempo, sino de calidad de los materiales", apuntaba al respecto.
Por ende, Varela se mostraba fiel defensor de la reincidencia política cuando esta se ejerce con responsabilidad puesto que de esta forma, se garantizaría la "salud democrática" de un sistema que funciona bajo el mandato de según qué líderes políticos.
"Dicen que estar mucho tiempo en el poder desgasta y que hay que impedir por ley que nadie se quede en el gobierno más de ocho años y además dicen que eso es por salud democrática", ha comentado nuestro sabio de sábado apuntando que "si a Merkel le hubieran aplicado la guillotina de los ocho años, habría tenido que irse en 2013 y nos habríamos perdido la segunda mitad de su mandato que ha sido la mejor y la más fructífera".
Los gobiernos de coaliciones transversales son malos
Este ha sido el segundo tópico que Varela ha desmontado: "dicen que los gobiernos de gran coalición son malos; excusas sectáreas", ha dicho.
El ejemplo alemán evidencia que los votantes no castigan a los dirigentes del partido menor en una coalición transversal siempre y cuando ejerzan su labor con rigor y efectividad. En esta ocasión, Alemania ha premiado la lealtad del ministro de Merkel a pesar de que fuera del Partido Socialdemócrata de Alemania, el eterno rival del partido de la Canciller.
"Puesto que no podían votarla a ella, eligieron a quien más se le parecía aunque fuera de otro partido", ha explicado señalando que "esa coalición de adversarios históricos funcionó como un reloj porque todas las disputas las tenían resueltas antes de sentarse a gobernar".
A este respecto, Ignacio Varela ha cuestionado la tan frecuente repetición de las elecciones en España. Se ha mostrado tajante frente a la casi obligada repetición de las elecciones cuando los votos se reparten de manera equitativa entre la izquierda y la derecha española.
"Como los alemanes son así de raros tienen la manía de pensar que de unas elecciones debe salir un gobierno. ¡Qué bueno es respetar el voto de los ciudadanos!", expresaba irónico nuestro sabio.
Extremismos políticos
Quien tiene que ocuparse de frenar a la extrema derecha es la derecha democrática y quien tiene que frenar es la extrema izquierda es la izquierda democrática", ha manifestado contundente apuntando que "esto de que los partidos centrales se maten entre sí apoyándose en sus respectivos extremismos es una idea del diablo".
Ignacio Varela ha resaltado la importancia de debatir sobre "cosas útiles y contemporáneas como el cambio climático, la fiscalidad, la digitalización y la educación" frente a la preferencia nacional de recurrir a los grandes acontecimientos del siglo pasado para criticar al adversario político.
Finalmente, ha concluido con una reflexión: "Los países más fiables son los que aprenden de sus errores históricos para no repetirlos jamás. Ellos aprenden al mismo ritmo que nosotros desaprendemos", ha sentenciado.