Ignacio Varela: "Cuando puedes, no sabes y cuando ya sabes, no puedes"
Nuestro sospechoso de sábado, Ignacio Varela, ahonda en uno de los temas de los que es imposible escapar y todos los síntomas que conlleva esta cualidad del ser humano: la vejez.
La edad es siempre un tema tabú que viene acarreado por el vértigo a cumplir años. A menudo es normal escuchar en las personas más mayores asentir comparaciones con gente más joven sobre sus vidas por aquél entonces, una práctica que conlleva la irrupción de la palabra la palabra 'viejo' pero ¿en qué consiste ser viejo?
Según Ignacio Varela la vejez tiene dos aspectos evidentes, que son "el deterioro físico y la acumulación de experiencia". "La madre naturaleza tiene muy mala leche y resulta que, por su culpa, cuando puedes no sabes y cuando ya sabes no puedes", afirma el autor, a lo que añade que "es el ciclo de la vida".
A su vez, debido a algunas experiencias, la característica más destacada de la vejez, asegura, es que "no cambia tu forma de ser, pero afila los rasgos de tu carácter", en referencia a los despistes, el aumento de la neurosis, el orden compulsivo o el sentimentalismo, entre otros. Ignacio Varela lo resume opinando que "te haces más intolerante con todo lo que te molesta y lo que, a otras edades son hábitos y costumbres, se convierten en manías".
También, explica, hay otros síntomas como el erotismo, a lo que cita una idea de Oscar Wilde sobre que "los jóvenes quieren ser fieles y no lo consiguen mientras los viejos quieren ser infieles y no lo consiguen"; la velocidad en la que se acontecen las cosas mientras que el resto de aspectos suceden despacio, como los horarios que no son los mismos de pequeños, de jóvenes, de adultos y cuando se es mayor; el ejercicio físico que supone cada simple actividad y que conlleva a la "economía de esfuerzos" porque "tú sabes que te estas haciendo viejo cuando te agachas para atarte los zapatos y te preguntas qué más puedes hacer mientras estás ahí abajo". A pesar de estas, Ignacio Varela indica que el punto más importante es la "relación con la realidad" porque es común escuchar que a medida que avanza la edad, se pierde la curiosidad, algo que no es cierto porque "quien no es curioso de viejo, es que tampoco lo fie de joven".
Lo único que se perdería sería la sorpresa, "sigues mirando lo que te rodea con la misma atención pero cada vez es más difícil que algo te sorprenda o suceda por primera vez, casi siempre encuentras un referencia pasada que se le parece", algo que da a las personas denominadas 'viejos' una pretensión de "falsa sabiduría", asiente. "Se aprende mucho más con la novedad que con la repetición y con la sorpresa que con el mero recuerdo, por eso yo siento envidia de los que tienen aún el privilegio de sorprenderse", lo que introduce a otro síntoma especial de la vejez que son los recuerdos que se caracterizan por "cuanto más lejanos, más claros".
Ignacio Varela también establece que no tiene por qué ser todo malo, por ejemplo "disminuyen las certezas y aumentan las dudas" o establecer la vejez como el "tema favorito de conversación" mientras los jóvenes no lo hacen. Para finalizar, cita a García Márquez que decía: "el secreto de una buena vejez es llegar a un pacto honrado con la soledad".