La semana de sólo cuatro días laborables es una de los debates más vivos y actuales para los gobiernos, los economistas y los expertos en múltiples disciplinas sociales. Cuatro días para trabajar y tres para descansar o hacer con ellos lo que se desee sería un sueño
irrealizable para nuestros padres o abuelos, pero hoy es una posibilidad muy real y, de hecho, muchas empresas en los países más avanzados están empezando a implantarlo.
Ignacio Varela es claramente partidario de ese modelo y nos va a explicar por qué, en su opinión, pronto se extenderá en todo el mundo desarrollado. Pero como buen sospechoso, también quiere mostrarnos la otra cara de la luna: los problemas del tiempo libre para muchas personas que no saben qué hacer con él. Ignacio, ¿realmente un exceso de tiempo libre puede hacer infelices a las personas, o a algunas personas?