Si hiciésemos una búsqueda por los entresijos que esconde el señor Google; entonces, nos encontraríamos con que en unas cuantas páginas se resume la figura de Lou Andreas-Salome diciendo que era una femme fatale. Ahí estamos de nuevo, ante la definición de alguien en no más de dos palabras que parecen concretar toda una existencia en una sola idea cuando, en realidad, todos solemos ser bastante poliédricos. Por eso, Javier Cancho nos cuenta la historia de esta 'mujer fatal' en Punta Norte de Por fin no es lunes.
Salomé nació en San Petersburgo, en el seno de una familia de expatriados alemanes protestantes, era la única niña entre seis hermanos, era la pequeña de todos ellos. Sus primeros estudios fueron con un pastor protestante. Un tipo que a pesar de ser 25 años mayor que ella, a pesar de estar casado y ser padre de dos hijos de la misma edad que su alumna, siendo su profesor terminó siendo su pretendiente. Ella le rechazó, de inmediato y con firmeza.
Aquel incidente le supuso una gran decepción, no entendía que el comportamiento del pastor estuviera tan alejado de lo que le había estado enseñando. Salomé había proyectado en aquel hombre algo así como la figura de un padre. Salomé había perdido al suyo cuando era adolescente. Así que entre lo de su padre y lo del pastor enamoradizo perdió definitivamente la fe.
A finales de 1880, Salomé dejó Rusia para ir a estudiar teología, filosofía e historia del arte en la Universidad de Zúrich, que era una de las pocas en Europa que admitía mujeres. Fue allí donde se puso enferma de tuberculosis. Para tratar su enfermedad fue a Italia y en aquel viaje es donde conoció a Nietzsche, con quien vivió una historia de ¿amor?
Javier Cancho nos cuenta la verdadera historia de Lou Andreas-Salome en Punta Norte, el faro radiofónico de Por fin no es lunes, en esta ocasión con Isabel Lobo.