Nos adentramos en la parte mas gris de la delincuencia. En su sección Piel de Policía de Por fin no es lunes, Carlos Quílez nos presenta a un delincuente, un atracador de barrio, uno de esos personajes que abundaban en las cárceles, cuyo nombre no es conocido pero cuya historia no les va a dejar impasibles. Se llama Sergio Fernández. Acaba de cumplir su última condena por atraco y por alguna cosa más.
Sergio es un claro ejemplo de cómo un hombre, zambullido en la droga, entró en una deriva imparable de autodestrucción. Un documento sin duda impactante que demuestra que existe una cara B de esta sociedad, una realidad que a veces nos resistimos a reconocer.
La historia de Sergio es también la historia de un joven que se adentró en el mundo criminal cuando sus padres entraron en prisión. Atracos, drogas, agresiones... Conocemos la vida de este delincuente que tomó una decisión vital para reconducir su vida cuando peor estaba: entrar voluntariamente en la cárcel.