Algunas de estas uniones nacen de una simple necesidad de ahorrar espacio. Pero en otros casos cuentan con otras ventajas: son más ecológicos y nos hacen ahorrar energía y recursos, tan necesarios hoy en día. Y es que un invento como la lavadora/retrete, aunque sean bien feos, es una idea estupenda para reducir nuestras facturas mensuales. Eso sí, cuando se rompe uno… hay que llevar a arreglar el cacharro entero.
Hay muchos pero nos fijamos en uno que no tiene desperdicio y además genera buen rollo: El sidecar. El momento exacto en el que alguien decidió acoplar un carrito lateral a una moto para ampliar su capacidad se desconoce, aunque, como casi todo en esto del motor, se atribuye a una marca inglesa, (la Oakleigh Motor Company) la primera en comercializarlos a principios del siglo XX. Quienes pronto se dieron cuenta del potencial de los sidecares fueron los militares. Resultaban rápidos, baratos y ágiles y armados con una ametralladora pesada se convertían en un vehículo temible para moverse por el frente.
Esta segunda quincena de julio, el objeto de moda no es el sidecar, es la carrilana. ¿Para qué viajar en avión o en barco pudiendo bajar cuesta abajo a toda velocidad en un carro de madera? Pues así vamos a hacer, en carrilana hasta las 12:00, recogemos la nuestra en Esteiro. Un lugar donde hoy se celebra una de las fiestas tradicionales más importantes de nuestro país.
El verano aquí es sinónimo de velocidad, adrenalina, competición y mucha diversión. Y no hablamos de la Fórmula1, en Esteiro, este pequeño pueblecito del municipio de Muros (A Coruña) llevan más de 30 años celebrando las carreras de carrilanas.
Y después de 3 años sin poder celebrarse por la pandemia, este fin de semana está teniendo lugar su edición número 33, la primera desde que fue declarada Fiesta de Interés Turístico Nacional en 2021.