Isabel Lobo: “Es difícil saber cuándo el día llegará a tener 25 horas”
Isabel Lobo reflexiona sobre el cambio de hora y cómo la luna se está alejando cada vez más de la Tierra.
Ya se puede, es domingo 31 de marzo, estrenando nuevo horario desde hace cinco horas. Eso para el que haya podido dormir a pierna suelta porque los que se fueron a dormir con alguna que otra responsabilidad en la cabeza, no han pegado ojo. A las 02:00 fueron las 03:00 y a las 03:00, como Joaquines, nos encontró la luna.
Porque saben eso. A partir de hoy las horas de luz se empezarán a notar más por las tardes, pero hay algo que no se nota y está pasando también: la luna. La luna ahora mismo está alejándose de nosotros, y lo hace (saltándome los tecnicismos de la física) girando lentamente, haciendo un giro de patinadora sobre hielo.
La luna se aleja girando con los brazos abiertos. ¿Cómo abiertos? Para explicar este giro que se llama ‘momento de inercia rotaciones’, se entiende muy fácil con la figura del patinador, porque cuando gira sobre el hielo y cierra los brazos, gira más rápido y cuando los abre, gira más despacio. Y éste entre otros muchos afectará a próximos cambios horarios.
Aunque la luna en este momento no tenga hora, porque la Tierra no se pone de acuerdo. La rotación de la Tierra le sigue el ritmo y podría modificar el tiempo de manera casi imperceptible. Esto lo sabe bien el equipo de expertos de la Universidad Técnica de Múnich (TUM), que está realizando mediciones por medio de un láser subterráneo “ultrapresciso”, que se llama Giroscopio.
Con los cálculos actuales, es difícil saber cuándo el día llegará a ser un día de 25 horas, pero poco a poco nos iremos acercando. Igual que hace más de 500 millones de años, el día duraba 19 horas, que hoy nuestros días no duran 24 horas exactamente.