Ricardo Casas y Francisco Uzcanga fueron compañeros en el colegio Alemán de San Sebastián a finales de los 80. Allí descubrieron un paraíso en Donosti, pero también el infiero que podía ser en ocasiones. El 23 de febrero de 1984 la vida de Ricardo, Richard para sus amigos, cambió por completo cuando dos terroristas de ETA, camuflados de operarios, asesinaron a su padre Enrique Casas Vila, secretario de organización del PSOE vasco por entonces, a sangre fría en la puerta de su casa. Su amigo Francisco, que por aquel entonces vivía en Madrid donde se había tenido que trasladar por coacciones políticas, le escribió una carta de condolencias a su amigo Richard y a partir de ahí fueron perdiendo el contacto.
Por pura casualidad volvieron a contactar y retomaron esa relación después de tantos años. Se empezaron a contar sus vidas durante ese tiempo en el que su amistad se había quedado en pausa. A raíz de esas conversaciones deciden escribir un libro juntos: ‘Eso que llamabas paraíso’. Un libro que es más bien una charla escrita, en la que recorren su pasado por San Sebastián, y en el que hablan de la memoria, el olvido y el perdón.