Ya los usaban los egipcios, persas, griegos, romanos pero por aquel entonces su uso no era tan sólo para dar aire sino también para espantar a los insectos. Su historia es curiosa. Corría el siglo VII, en Japón, cuando un obrero, inspirándose en las alas de los murciélagos, tuvo la idea de fabricarse uno con el que abanicarse. Pero fueron los mercaderes portugueses quienes, al abrir rutas comerciales en Oriente, extendieron su uso por Europa. Poco tiempo después, ya eran de uso habitual en las Cortes Europeas como en Inglaterra, donde Isabel I, decía a sus damas que “Una Reina sólo puede aceptar un regalo: el abanico”.
Los movimientos del abanico se convirtieron, en el siglo XIX y XX, en un verdadero código de lenguaje. Y el motivo es porque las damas utilizaban esta forma de comunicación disimulada como declaración de amor. Por aquel entonces la libertad de expresión femenina era nula y ellas querían evitar que sus madres se enterasen del cortejo con los hombres.
En nuestro país el sector del abanico se concentra en la provincia de Valencia, en la población de Aldaia. En apenas 5 km se encuentran las 24 empresas que se dedican a la fabricación del abanico y una de ellas es, 'ABANICOS GARCIA' de la mano de su gerente Alejandro Martín nos ha explicado cómo se fabrican, qué países son los máximos consumidores y varias anécdotas vividas.