¿Qué es un partido sintético? El día que nos gobierne la inteligencia artificial
La inteligencia artificial está presente en todos los aspectos de nuestra vida, pero ¿qué pasará si algún día llega a la política?
La inteligencia artificial está presente en la educación, sanidad, arte, transporte o logística. Cogemos el teléfono móvil y está funcionando. Pero, ¿y en política? Suena a ciencia ficción, pero es una realidad. En Dinamarca, ya existe un partido político dirigido por una inteligencia artificial y su líder es un chatbot, es decir, un robot con el que cualquier ciudadano puede hablar.
Este partido se llama ‘Partido sintético’, está liderado por Leader Lars y participa en la actual campaña electoral, aunque eso sí, no va a presentar candidatos a los comicios al menos hasta 2023. Su objetivo es captar a los daneses que normalmente se abstienen de votar en las elecciones y poner a la tecnología en el centro del debate político.
¿Es recomendable poner decisiones políticas de calado en manos de una inteligencia artificial?
Por ello, en Por fin no es lunes hablamos con Raquel Jorge Ricart, socióloga y politóloga del Real Instituto Elcano especializada en prospectiva y política tecnológica y digital, que explica que “el uso de la inteligencia artificial en política es un tema muy sensible porque tiene incidencia en varios sentidos”. Por ejemplo: la cantidad de datos a los que tiene que tener acceso para que sepa tomar decisiones políticas de alto calado; la importancia de la diversidad de grupos que existen o los riesgos que hay en materia de sesgos, emociones, etc.
Todas estas variantes han llevado a la conclusión de que quizás “el uso de la inteligencia artificial a la hora de tomar decisiones políticas no es lo más correcto ni lo más oportuno, porque al final es un soporte, una tecnología que apoya a otras decisiones tomadas por personas humanas”.
La inteligencia artificial es algo muy útil a la hora de realizar determinadas consultas o preguntas para poder saber qué tipo de políticas son mejores para un lugar determinado, pero no siempre todo tipo de pregunta y filtro de datos tiene su oportunidad: “La UE -con todos los partidos de acuerdo- han definido unos niveles de riesgo para el uso de esa inteligencia artificial”.
Cómo desarrolla una inteligencia artificial un programa electoral
Aunque reconoce que no es un tema que tenga mucho recorrido aún, sí que pone como ejemplo el uso de plataformas de participación pública online que ya se usan en muchas regiones del mundo, como Barcelona, donde el Ayuntamiento ha facilitado un espacio online donde la gente puede subir sus opiniones, votar referéndums o cuestionarios sobre gestión local.
“Después, hay otro ejemplo, que no tiene nada que ver con la inteligencia artificial, pero sí con la tecnología más emergente: Blockchain, que son los DAOs (Organizaciones autónomas descentralizadas). Gente que tiene criptomonedas dirigidas por Blockchain que se ponen de acuerdo para tomar decisiones más orientadas a la política”, asegura.
¿Una inteligencia artificial puede tener ideología?
Sí, ya que esta será definida previamente por los seres humanos que le den los datos de los que se nutra: “Parte de unos datos para que realmente pueda entender la complejidad y lo diverso que puede ser un país o una sociedad. La IA se nutre de sí misma con todos los estímulos e inputs que le vas incorporando. De ahí también la importancia de que la gente que la esté diseñando, sea capaz de hacerle entender lo que puede ser un discurso de odio”.