La primera asociación de afectados por timadores del amor: "Hay estafas de hasta 500.000 euros"
Las estafas ya no son solo económicas, también son sentimentales. Cada vez hay más casos de personas afectadas por fraudes emocionales y las tácticas de estos "timadores del amor" cada vez son más sofisticadas.
Las estafas, los fraudes y los engaños ya no sólo llegan a través de dudosos mensajes de los que desconfiamos, como los de un príncipe que necesita urgentemente nuestra ayuda por un email. Los métodos que se utilizan son cada vez más enrevesados y ahora mismo las estafas son tan sofisticadas que atrapan a sus víctimas con mucha facilidad.
Ahora, los farsantes van directos al corazón. Desde 2017, en España, se ha visto un aumento de las conocidas como estafas emocionales. Este tipo de fraudes suceden a través de las relaciones sentimentales con las víctimas y se aprovechan de ellas para obtener en algunos casos cantidades superiores a los 100.000 euros.
Actualmente es muy común conocer gente a través aplicaciones y páginas de contactos y lo hacemos con la confianza de estar hablando con alguien que dice ser quien es.
Hace algo más de un año conocimos el caso de un estafador Israelí que engañaba a las chicas que conocía a través de una aplicación haciéndoles pensar que tenía muchísimo dinero. Luego, se descubrió que la cosa no era como él decía y llegó a robar casi diez millones de dólares durante los tres años que estuvo estafando a estas mujeres.
El del 'estafador de Tinder' es un caso concreto que nos daba a conocer un fenómeno más extendido de lo que pensamos y que cada vez va a más.
A día de hoy, no está tipificado en nuestro código penal la estafa por parte de alguien con quien mantenemos algún tipo de relación sentimental.
No obstante, esta semana hemos conocido que se ha creado una asociación de afectados por este tipo de fraudes. Su objetivo es juntar a quienes sufren estos engaños para darles apoyo psicológico y cobertura jurídica a las víctimas, que en muchos casos sienten tal vergüenza con la situación que han pasado, que no saben a quién recurrir.
Emilia Zeballos es la vicepresidenta de la asociación y abogada de profesión, además de presidenta de la fundación que lleva su propio nombre. Ella explica que el aumento de este tipo de fraudes es "preocupante", sobre todo, porque se ha convertido en "una forma de vida para un grupo concreto de personas".
Una de las últimas estafas que de las que se han ocupado asciende a 500.000 euros, pero lo habitual es que ronden entre "los 200 euros y los 35.000 euros". Emilia cuenta que, actualmente, la asociación tiene "detectadas a más de 400 personas y uno de ellos ha estafado a más de 100 mujeres diferentes".
Fingió ser gay y tener un negocio para estafar 150.000 euros
Uno de los casos que más llama la atención es el de un chico gay cuyo estafador le hizo creer que él también era homosexual. Fingió tener un negocio de exportación de aceite de oliva a Ucrania y se inventó que le habían bloqueado la mercancía en la frontera. Le pidió ayuda para desbloquear el paso y la víctima acabó prestándole esa cantidad ingente de dinero.
"Normalmente los estafadores son personas carismáticas y sin ningún tipo de escrúpulo que utilizan cualquier método para conseguir enriquecerse a costa de los demás", señala Zeballos, y añade que "suelen ser buenos psicólogos capaces de empatizar muy bien con sus víctimas".
Sobre el perfil de estos delincuentes también apunta que "se ponen al mismo nivel de la persona a la que están estafando. Si la víctima tiene mucho dinero y negocios, ellos también". Además, lo tienen todo perfectamente armado para que su historia parezca real.
Emilia destaca también que más importante que el perfil del timador es el perfil de la víctima. Son personas vulnerables muy afectadas por la soledad. "La pandemia ha hecho que interactuemos más por Internet y que sea más fácil engañar a la gente más vulnerable".