El peligro de las superbacterias, organismos resistentes a prácticamente todos los antibióticos
Las superbacterias ya matan más que el sida, la malaria y algunos cánceres. En 'Por Fin no es lunes', hablamos con Azucena Mora, profesora del departamento de microbiología de la Universidad de Santiago de Compostela, investigadora del Laboratorio Nacional de Referencia de E.coli y responsable de los estudios de resistencia antibióticos, así como con Carlos Río, víctima colateral de la peligrosa acción de las superbacterias.
Cada año fallecen 1,2 millones de personas por infecciones resistentes a antibióticos, de acuerdo a los datos que recoge el mayor estudio publicado el pasado enero en la revista médica The Lancet. Las denominadas superbacterias son las causantes de una pandemia silenciosa que mata más que el sida, la malaria e incluso el cáncer, y que en menos de treinta años podría acabar con la vida de diez millones de personas. Así lo recoge este estudio que ha analizado datos de doscientos cuatro países.
En 'Por Fin no es lunes', hablamos con Azucena Mora, profesora del departamento de microbiología de la Universidad de Santiago de Compostela, investigadora del Laboratorio Nacional de Referencia de E.coli y responsable de los estudios de resistencia antibióticos, así como con Carlos Río, víctima colateral de la peligrosa acción de las superbacterias.
¿Qué son las superbacterias?
Las superbacterias son cepas de bacterias, virus, parásitos y hongos que son resistentes a la mayoría de los antibióticos y otros medicamentos que se utilizan comúnmente para tratar las infecciones que causan.
"Se trata de un término coloquial para referirnos a bacterias multiresistente e incluso panresistentes", apuntaba Azucena.
La científica ha explicado que esta resistencia a los medicamentos responde a un fenómeno natural que puede ralentizarse, pero no detenerse. Con el tiempo, tanto las bacterias, como los virus, los parásitos y los hongos se adaptan a los medicamentos diseñados para matarlos en aras de asegurar su supervivencia. Esto ha provocado que diversos tratamientos anteriormente estándar para combatir algunas infecciones cada vez resulten menos eficaces e incluso inútiles.
"Las bacterias son los seres vivos más inteligentes de nuestro planeta y ellas mismas han aprendido a luchar de manera natural para colonizar exitosamente todos los nichos de nuestro planeta" señalaba Azucena.
La creciente ineficacia de los antibióticos
Durante casi un siglo, los medicamentos para combatir las bacterias, conocidos como antibióticos, han ayudado a controlar y destruir muchas de las bacterias dañinas que nos pueden enfermar.
Sin embargo, a lo largo de las últimas décadas, los antibióticos han perdido su efectividad contra algunos tipos de bacterias. Así pues, lejos de ralentizar sus adaptaciones, el ser humano ha fomentado el desarrollo de estas superbacterias mediante el uso excesivo y a veces inadecuado de los antibióticos.
Es por eso que la comunidad científica, sobre todo desde el año 2014, ha centrado buena parte de sus esfuerzos en hallar la fórmula para combatir estas bactrerias resistentes.
"Estamos en una lucha contrarreloj desarrollando distintas alternativas: terapia de fagos, antibióticos combinados, prevención de las infecciones...", ha explicado Azucena para finalmente apuntar que "estamos al borde de la era post-antibiótica".
La historia de Dani Río
Hace casi tres años, de un día para otro, Carlos Río fue testigo de cómo su hijo Dani Río, un joven corriente de 18 años, pasó a estar al borde de la muerte. Todo, a causa de una superbacteria que se había acantonado en su sistema respiratorio. Aquel fue el inicio de un calvario que se prolongó a lo largo de tres años donde los viajes en aviones medicalizados, los comas inducidos y los tratamientos experimentales fueron una constante.
Su padre nos ha explicado que Dani aún no ha conseguido eliminar aquella superbacteria de su organismo, aunque afortunadamente poco a poco se va encontrando cada vez mejor. No obstante su lucha se centra en conseguir eliminar esta bacteria que, de reactivarse, podría resultar sumamente peligrosa
Sin duda, su dramática historia ilustra un creciente problema de salud global que solo en España mata a unas cuatro mil personas cada año, cuatro veces más que los accidentes de tráfico.