Un mes de la erupción del volcán de La Palma: "Hay gente que no tiene casa a la que volver"
El pasado mes de septiembre, el volcán Cumbre Vieja de La Palma entró en erupción provocando la evacuación de miles de personas que tuvieron que dejar atrás sus casas para salvarse de la colada de lava que emitía la montaña.
El pasado 19 de septiembre, y después de varios días de movimientos sísmicos, el Cumbre Vieja de La Palma entró en erupción. Una columna de cenizas y lava comenzó a salir disparada provocando ríos de este material que se dirigía a las viviendas aledañas.
No se sabe cuándo terminará
Miles de vecinos fueron evacuados en las horas previas a la erupción y otros tantos lo han sido días después, a medida que la colada de lava iba marcando su dirección. La actividad del volcán continúa. El pasado fin de semana la cara norte de la montaña se desprendió provocando nuevas coladas y, según los expertos, todavía no se sabe cuándo podrá decirse que la erupción del Cumbre Vieja ha llegado a su fin.
La investigadora y geóloga, Nieves Sánchez, explica en Por fin no es lunes que para saber cuándo terminará hay que conocer muchas variables: cuánto material falta por salir, la cantidad de gas que tiene, si está entrando material, si baja la deformación, etc: "No estamos debajo de la corteza terrestre para saber qué está pasando".
Hay gente que no va a poder volver a sus casas
Mientras se analizan los aspectos científicos, el drama humano continúa. Gustavo de Dios explica que, el mismo día de la erupción, se evacuó a seis mil personas de sus casas y, aunque es cierto que no ha habido daños personales que lamentar, los daños materiales han sido importantísimos. Muchos de esos evacuados han tenido que quedarse en hoteles -alrededor de 300-. El resto, se ha tenido que alojar en segundas residencias, con amigos o vecinos.
Sin embargo, otras muchas personas se han dado cuenta de que no tienen una casa a la que volver cuando todo esto termine porque ha quedado cubierta por el río de lava que se ha solidificado haciendo imposible regresar a la vivienda.
La casa de Janette era de su bisabuela
Es el caso de Janette Pérez, cuya casa fue rodeada por la lava el martes no quedando ya nada de ella el pasado jueves. Era una casa con mucha historia: "era de mi bisabuela, que murió con 99 años -con lo que costaba en esa época levantar una casa. La otra vivienda en el mismo terreno la construyó mi abuelo".
Vive con su familia de "okupa", según ella misma reconoce, en la casa de un señor de 94 años que su madre cuida y reconoce que la idea inicial era ir a recogerle a él para evacuarle, pero que finalmente se han terminado por quedar en su vivienda.
Asegura que un mes después de la erupción cada vez les cuesta más dormir por el ruido del volcán y los temblores: "Tiembla la cama. Yo he empezado a tomar pastillas para dormir porque si no, no duermes y a veces ni con eso".
Aún así, afirma que al menos a ellos les queda todavía el trabajo porque muchas otras personas también han perdido su modo de vida.