Un dos de junio del año 2021 María Asunción Mateo redescubrió una carta escrita por el poeta Rafael Alberti, guardada en una carpeta que cayó sobre su cabeza aquel día. En ella, Alberti, expresaba un deseo: quería que María Asunción fuera la encargada de escribir sus memorias íntimas. La última esposa del literato se apresuró en cumplir su petición, recogida ahora en su libro: ''Mi vida con Alberti. Para algo llegaste, Altair''.
Rafael Alberti fue pluma destacada de la Generación del 27, ‘’poeta en la calle’’, de palabras combatientes que molestaban al poder. Poeta del pueblo de espíritu insatisfecho y también pintor por vocación. Enamorado de su Bahía de Cádiz, de su Puerto de Santa María. Peregrino, exiliado de España durante casi cuarenta años como muchos otros que sufrieron el dolor del destierro.
Altair era el pseudónimo que usaba Rafael Alberti en sus poemas para referirse a un amor ''urgente'' y auténtico de nombre María Asunción Mateo. Una estrella que ha callado durante mucho tiempo y que ha dejado por escrito todo el archivo que guardaba en su cabeza, pero sobre todo en su corazón.