Julio Llamazares: "Escritor no es quien tiene éxito, sino aquel que seguiría escribiendo aunque nadie le leyese"
El escritor presenta en 'Por fin no es lunes' su nueva novela, 'Vagalume', en la que hace una introspección de un autor que regresa al lugar que le vio crecer para asistir al funeral de su maestro y mentor.
Tenemos una única vida, aunque muchos hablan de que dentro de una vida podemos llegar a pasar tres. Esas tres vidas son la vida pública -cómo nos ven-, la privada -cómo nos vemos- y la secreta -que no compartimos con nadie y nos llevamos a la tumba-. Esta última está basada en los secretos, cosas que no queremos explicar ni a la persona más cercana y que más nos conoce.
Ser absolutamente transparentes hoy en día es muy difícil y necesitamos guardarnos determinadas cosas. Esos secretos, esa tercera vida que no compartimos con nadie es una de la que más nos interesa ahora, ya que vamos a hablar de escritores, de sueños. Porque al fin y al cabo, los sueños forman parte del trabajo de los escritores, que se dedican a proyectar esos sueños en sus novelas.
Momentos de sus intimidades que van componiendo sus memorias, a veces de forma indirecta. Lo fantaseado y lo vivido se materializa en esas páginas, unas páginas que muchos crean en mitad de la noche, cuando los demás duermen. Ellos son la luz en la oscuridad, las "luciérnagas del flexo" que vagan y brillan soñando despiertos.
Julio Llamazares, una 'luciérnaga del flexo'
Esa expresión es la que mejor define a Julio Llamazares, una de esas luciérnagas que crea historias en mitad de la noche. Novelista, poeta, columnista, pero sobre todo, escritor. Con una carrera que pasa por premios como el Ícaro, el Nonino y el Cardo d'Oro. Ha quedado finalista del Premio Nacional de Literatura con 'Luna de lobos' y con 'La lluvia amarilla'.
Ahora regresa ocho años después a la novela, siendo un escritor que reflexiona, que no escribe para entretener, sino que hace que cada obra intente ser una respuesta a la pregunta que todos tenemos. Y esa pregunta es: de las tres vidas que hemos mencionado antes, ¿con cuál se quedaría él?
"Sin pensarlo", con la secreta, con la que se quedaría todo el mundo, con esa y con la privada. Lo que está claro es que la que menos interés tiene es la pública porque está basada más en la mirada de los demás que en la tuya propia: "La secreta es ese magma que todos llevamos dentro, que no necesariamente tiene que ser una vida clandestina, sino la parte más íntima de nosotros y que no compartimos porque no sabemos cómo transmitirla. Y con ese material es con el que trabajamos los escritores".
Julio Llamazares no sólo se confiesa un amante de su propia vida secreta sino de la de los demás: "La forma de acceder a esas vidas secretas es a través de la imaginación. Creamos personajes para, a través de ellos, contar la vida de la gente con la que nos cruzamos a diario por la calle. Voy en el bús o en el tren y miro a la gente y pienso en qué habrá detrás de ese rostro, que no deja de ser una máscara".
'Vagalume' como reflexión de "qué he hecho con mi vida"
Su nueva novela es 'Vagalume' y en ella habla sobre la vida secreta de un maestro que escribía y hace una reflexión sobre lo que supone la pasión a la hora de ponerse ante un folio en blanco, pero sobre todo, a lo que se ha renunciado por esa pasión: "Es una reflexión sobre lo que ha sido mi vida. Alguna vez nos preguntamos qué hemos hecho o qué hemos estado haciendo con nuestras vidas y esa pregunta es más continua en el caso de los escritores".
¿Por qué? Porque muchas veces, en la noche, "cuando dejas de escribir, te asomas a la ventana, ves que la vida sigue y te preguntas qué estás haciendo con tu vida contando en la noche mentiras (que es lo que son las historias, las novelas) y que al final son unas historias que te interesan más que la vida real de las personas que ves por la calle". Como decía Miguel Delibes, "uno empieza a escribir de joven y un día levanta la cabeza del papel y se ha hecho viejo".
Quemar la vida escribiendo
Pero, ¿merece la pena 'quemar la vida escribiendo'? Porque alguna duda asoma al respecto en el escritor, sobre todo cuando se habla de su hijo.
"La novela está dedicada a mi hijo por múltiples motivos: porque le quiero y porque a veces me asalta la sospecha de si no le habré robado demasiado tiempo empleándolo en esta pasión que es escribir. Pero eso nos pasa a todos. Muchos padres y madres tienen el sentimiento de que por el trabajo o múltiples razones, hemos robado parte de nuestro tiempo (nuestro mayor tesoro) a la gente que más merecía que se lo dedicáramos, y por eso hay un cierto sentimiento de devolución del tiempo", explica.