Juan Louro Lojo, pescador que faenó en Terranova: "El silencio es la mejor palabra para las familias de los fallecidos"
El naufragio del Villa de Pitanxo, el pesquero gallego que faenaba en las aguas de Terranova (Canadá) ha dejado al menos 9 fallecidos, 12 desaparecidos y 3 supervivientes.
En la madrugada del pasado martes, un pesquero gallego, el Villa de Pitanxo, lanzó dos alertas desde el Gran Banco de Terranova, unos 460 km al este de la costa de Canadá. Fue la última comunicación con el buque con base en Marín (Pontevedra). Horas más tarde, dos pesqueros que se encontraban en las proximidades llegaron a la zona y encontraron dos balsas: una con tres supervivientes y otra con cuatro cadáveres.
La tragedia aún no tiene oficialmente una causa
Una tragedia que aún no tiene oficialmente una causa. Y como afirman las autoridades, es el momento de estar con las familias, afectadas por un naufragio que, hasta el momento, ha dejado nueve muertos y doce desaparecidos.
Los tres únicos supervivientes hasta ahora ya han llegado a tierra y están a la espera de ser repatriados junto con los nueve cadáveres. El Gobierno va a fletar este domingo un avión A-400 del Ejército del Aire con destino al Aeropuerto de San Juan de Terranova.
El Gobierno de Canadá, por su parte, ha manifestado al Ejecutivo español su voluntad de retomar la búsqueda de los marineros que siguen desaparecidos en cuanto las condiciones lo permitan.
¿Cómo es faenas en aguas de Terranova?
Juan Louro Lojo es un pescador que durante los años 50 y 60 faenó mucho por las aguas donde se ha producido el trágico naufragio. Sus años como pescador de bacalao los plasmó en su libro 'Terranova en el recuerdo: memorias de un pescador de bacalao' y recuerda que a pesar de que la tecnología en los barcos ha cambiado muchísimo, las aguas siguen siendo las mismas: "las borrascas, los ciclones, las nieblas y las bajas temperaturas. Eso no cambia".
Reconoce que lo más duro de la vida de pescador no es la climatología del lugar donde vayas a faenar, sino estar tantos meses separado de la familia, "estar tantos días sin tocar puerto, no recibir información nada más que cuando llegábamos a puerto cada 60 y 70 días y recibíamos cartas de la familia".
Sin embargo, sí que recuerda la mar de Terranova como una de las más duras, unas aguas difíciles de las que ya te puedes hacer una idea en cuanto atraviesas la zona de los grandes bancos: "En cuanto cruzas la zona, el tiempo cambia completamente. Los ciclones van barriendo la costa de Norteamérica y llegan hasta Canadá, y durante el resto del año las borrascas son frecuentes, con frío, viento y olas -aunque no siempre son gigantes-".
¿Cómo reaccionaban en los momentos difíciles?
A pesar de que las aguas de la zona eran muy complicadas en tiempos de borrasca, Juan Louro sí que reconoce que la mayor parte del tiempo se podía faenar con normalidad, incluso con la presencia de olas. No obstante, había momentos muy complicados en los que había que mantener la cabeza fría y la serenidad en la medida de lo posible para poder resolver la situación.
"Yo pasé algo de miedo en una ruta que hicimos desde Terranova a Vigo con una borrasca. Las olas eran grandes -unos 8 o 9 metros- y hubo momentos en los que el barco se tumbaba y no reaccionaba. Me fui a sujetar los botes y sacaba fuerzas de flaqueza y templanza porque los subordinados no pueden ver que titubeas y tienes miedo.
¿Qué mensaje lanza a las familias de los fallecidos del Villa de Pitanxo?
"Creo que el silencio es la mejor palabra para ellos en este momento de dolor. El abrazo de toda la gente de la mar que lo siente. Los que vivimos en Terranova y trabajamos allí muchos años sabemos lo duro que es y fue para las familias que se quedan en España estar tan alejados. No tengo palabras. Es un momento muy triste para la gente de mar y para las familias de toda esta gente", afirma.