José María Torres, propietario de un castillo: "Me decían que me había comprado una cantera, que no servía para nada"
Hablamos con José María Torres, dueño de un castillo, y con Víctor Villarroel, uno de los impulsores de la rehabilitación del castillo de Miranda del Castañar (Salamanca)
España es tierra de castillos, es un hecho. Tenemos muchos y muy buenos. El de Loarre, en Huesca, y el Alcázar de Segovia están incluidos entre los 15 castillos más impresionantes del mundo, seleccionados por National Geographic. Otros, como el castillo de Santa Florentina en Barcelona o el de Zafra, en Guadalajara, han formado parte de series tan conocidas como ‘Juego de Tronos’.
La Asociación Española de Amigos de los Castillos tiene censados en España más de 10.000 fortificaciones, de las que unas 3.700 son castillos. Prácticamente el 50% están en ruinas y hay unos 400 habitables. De estos, muchos están en manos privadas.
¿Cómo es vivir en un castillo? ¿Es asequible? ¿Cómodo? ¿Cómo será meterse en obras cuando tu casa tiene diez siglos? Como nosotros no podíamos responder a estas preguntas, hemos hablado con José María Torres, propietario de un castillo en Guadalajara.
"La gente me decía que había comprado una cantera", recuerda, y reconoce que rehabilitar un castillo no es tarea fácil. Él lo compró en ruinas y, entre otras cosas, se encontró que, al pedir presupuestos, las empresas de reforma "asumen que eres rico y te dan unos precios inasumibles". Su castillo es del siglo XV y perteneció al Marqués de Santillana.
Nos ha dicho también que comprar un castillo es algo destinado a personas con una sensibilidad especial, artística, histórica, que les gusten los entornos poco comunes, el campo… gente que podría vivir en un molino, por ejemplo, porque busca “otra cosa”. También las vistas suelen ser espectaculares y eso es un factor determinante. Y tener ganas de rehabilitarlo, porque están en ruinas: dice que quien compra un castillo debe tener dos pasiones: la historia y la albañilería.
Asegura que comprar un castillo es asequible, pero, claro, "están en ruinas, así que tienes que tener recursos y estar dispuesto a ir metiendo dinero para ir rehabilitándolo". “Tienes que tener claro que es una obra para toda la vida, nunca se acaba de rehabilitar un castillo del todo”, dice. Y añade, entre risas, que quien lo intenta se vuelve loco. El truco está en ir poco a poco, disfrutando del camino, viendo qué necesitas y elaborando un proyecto con cabeza”
José María Torres llama así al mal que sufren las personas que se compran un castillo y pretenden rehabilitarlo entero y en unos meses, a ser posible. “Lo único que consiguen es frustrarse”. Compara comprarse un castillo con un coche antiguo: estás arreglándolo toda la vida porque te gusta hacerlo, disfrutas con el proceso.
También nos ha contado que el Gobierno se encontró con unos 500 castillos que no tenían dueño, así que en los 70 los sacaron a subasta. Aún hoy quedan algunos de aquellos que pueden comprarse. Él recuerda, de joven, que por 1000 pesetas podías comprarlos porque su padre bromeaba con su madre: “Cariño, ¿quieres vivir en un castillo?”.
Un crowdfunding para salvar un castillo
Hace unos años, algunas personas se empeñaron en que el castillo de Miranda del Castañar, en la provincia de Salamanca, pudiera visitarse. Para eso, lo que necesitaban, además de ilusión, era dinero, así que pusieron en marcha una campaña de crowfunding para conseguirlo, con el apoyo de la Asociación Hispania Nostra. La primera fase de esa campaña acaba de terminar con 5.000 euros recaudados.
Nos lo ha contado Víctor Villarroel, uno de los impulsores de esta iniciativa, que nos ha dicho que con eso ya les llega para empezar a trabajar en la rehabilitación del castillo. En total, necesitan unos 40.000 euros porque la parte exterior está perfecta -¡los muros tienen tres metros de espesor!- pero por dentro es una ruina total.
El castillo de Miranda del Castañar está en un pueblo de 400 habitantes y es del siglo XIV-XV. La Reconquista ya había acabado pero era un periodo de guerras en el Reino de Castilla. Hubo dos familias, los Zúñiga y los Alba, que pugnaron por hacerse con el control de la Villa y del castillo). Un incendio lo destruyó casi por completo y desde entonces se usó como cantera. Hasta la plaza de toros del pueblo se hizo con piedras del castillo. "Los burladeros estaban hechos con parte de las almenas", nos ha contado Víctor.
El castillo de Miranda del Castañar tiene, por cierto, según nos ha dicho Víctor, "hasta fantasma".