Dr. Antonio Alcaraz: "Estar 12 horas en un quirófano no me resulta un esfuerzo extraordinario"
Uno de los cirujanos que coordinó el primer transplante de útero de España nos habla de su trayectoria y experiencia, así como del futuro de estas intervenciones.
La investigación científica y los avances que se obtienen gracias a ella parecen no tener límites: gracias precisamente a la ciencia - y en concreto, a la cirugía- el pasado 22 de mayo nació en nuestro país el primer bebé hijo de una madre transplantada de útero. Los responsables de este extraordinario hecho, sin precedentes en el undo, fueron los médicos del Hospital Clínic de Barcelona, que en 2020 realizaron en el centro médico catalán el primer transplante de útero de la historia de nuestro país.
La intervención, entonces, estuvo liderada por Francisco Carmona, Jefe del Servicio de Ginecología, y por el Jefe del Servicio de Urología y de Transplante renal, Antonio Alcaraz, que hoy ha protagonizado una entrevista en 'Por fin no es lunes'.
Alcaraz comenzó a realizar transplantes en junio de 1990, y lleva 1.600 transplantes a sus espaldas: él está seguro de que es el médico que más órganos ha transplantado en nuestro país. Sin embargo, de entre todos, el transplante realizado a Tamara Franco ocupa un lugar especial, pues el suyo es el primer caso en el mundo de una mujer transplantada de útero que logra ser madre. Para el doctor, lograr este hito histórico "fue como pisar la luna".
El médico afirma que siempre ha visto los transplantes como "algo mágico": "En el fondo, el que un trozo de alguien funcione en otra persona no deja de serlo", afirma el médico que, sin embargo, tiene muy clara que una intervención de estas características es fruto de la investigación, la práctica y el ensayo.
Un transplante histórico
Si bien las técnicas para realizar transplantes están muy avanzadas, Alcaraz reconoce la dificultad que entraña la aplicación de esta técnica cuando se trata del útero, que sin estar embarazado cuenta con numerosas y minúsculas venas, lo que dificulta la intervención: "El problema básico es el drenaje, que es en multitud de pequeñas venas milimétricas. Tienes que seguir la corriente de la sangre hasta que encuentras una vena que puedes coser con seguridad, que debe ser una vena de 3 o 4 milímetros".
Alcaraz ha aprovechado la entrevista para reivindicar y trabajar el trabajo de todo el equipo implicado en el difícil proceso por el que España vuelve a estar a la vanguardia de los transplantes.
Sobre el futuro de los transplantes, Alcaraz afirma que ya ha habido grandes avances en cuanto a medios técnicos para realizarlos. Si bien reconoce que con el uso de maquinaria y robots sería posible realizar transplantes a distancia desde diferentes países, Alcaraz afirma que tendría más sentido aprovechar esta tecnología para conectar diferentes hospitales de España, y que aquellos con menos especialización puedan ofrecer también transplantes. Sobre los límites morales en las intervenciones y los debates éticos alrededor, Alcaraz afirma que cualquier decisión que se tome al respecto debe respaldarse en la investigación.
A sus 61 años, Alcaraz se siguen considerando un "chaval", y manifiesta que todavía no tiene en mente la jubilación, y que aún le queda tiempo para disfrutar de la cirugía y de la compañía de sus pacientes. "Yo nunca he trabajado", declara Alcaraz, que guiado por la pasión por su oficio ha contribuido a mejorar la vida de miles de personas.