Un experto explica por qué la sociedad se aleja de la democracia: "Cuando la gente ve que sus derechos se erosionan, hay desafección"
El estado de bienestar se desarrolló para impedir que el nivel de vida de las personas cayese más allá de uno concreto. Cuando poco a poco se van perdiendo esos derechos, la consecuencia es inseguridad, desapego y desafección con el sistema.
¿Valoramos más lo conquistado o lo heredado en las democracias actuales? Las generaciones que establecieron la democracia y la Europa de postguerra tuvieron que conquistar sus derechos y el resto los hemos disfrutado.
Ahora parece que la ilusión por haber conseguido esa libertad, el llamado estado de bienestar, se ha ido desgastando. La conciencia sobre el sistema democrático ha cambiado de manera progresiva y percibimos que hay un desencanto con esa idea que nace en 1945. Desencanto que están aprovechando los populismos de todo tipo.
Lo heredado frente a lo conquistado. El agotamiento frente a la idea de libertad. Un tiempo frente a otro y un sistema democrático, podemos decir ¿obsoleto, antiguo, cambiante, agotado? que ya no es capaz de dar cobertura a eso que llamamos estado de bienestar. De todo eso hablamos con David Alegre, doctor europeo en Historia comparada, política y social por la Universidad Autónoma de Barcelona.
El estado de bienestar generaría una clase trabajadora más competitiva e identificada con su país
El estado de bienestar fue una idea que surgió después de la Segunda Guerra Mundial en Reino Unido gracias al político y economista Lord Beveridge, que elaboró un informe en el que puso de manifiesto una serie de principios básicos que regulasen los actuales sistemas de bienestar. ¿El objetivo? Impedir que el nivel de vida de las personas cayese más allá de uno concreto. Lord Beveridge convenció a los escépticos de que este sistema generaría una clase trabajadora más competitiva, orgullosa, identificada con su país y con el sistema político en el que vivían. A partir de ahí, el sistema se fue extendiendo poco a poco a toda Europa.
Sin embargo, actualmente -y sobre todo en nuestro país-, el nivel de seguridad que garantizaba de alguna manera el estado de bienestar está en entredicho y cada vez hay más incertezas respecto al futuro. Esto lleva a que una gran parte de la sociedad sienta desafección con el sistema y por extensión, con la democracia.
"Si existe ese desapego es porque se percibe que los derechos están siendo erosionados y la protección que nos blindaban esos sistemas cada vez está siendo más socavada", asegura David Alegre, que pone como ejemplo la situación sanitaria y da un dato: "El seguro médico privado en España ya ocupa un tercio del gasto sanitario".
Ese avance, explica, tiene que ver con la infradotación de medios y tensionamiento al sistema sanitario público que afecta a la Atención Primaria. La gente que se lo puede costear, está recurriendo a las mutuas y centros privados para temas de atención y diagnóstico: "Eso es lo que aleja a la gente, percibir que están cayendo esas medidas de seguridad que garantizaban que el nivel de vida no caiga más allá de un determinado nivel".
¿En qué momento comenzó la desafección de la gente en España?
Hay varios momentos:
- Acceso del socialismo al poder en 1982: porque absorbe buena parte de esa militancia política del Franquismo a la Transición impulsando las movilizaciones desde la calle y los movimientos vecinales. Eso desactiva una parte de la movilización muy viva que había habido en la sociedad española.
- La crisis económica de los 90 con la tercera legislatura del Felipismo: hay una sombra detrás de los hechos del 92 que siempre ha sido obviada: Barcelona 92, la Expo de Sevilla, etc, desmantelamiento de la industria.
- Crisis del 2008: decisiva en ese punto con todas las movilizaciones del 15M. Lo que denota lo que ocurrió ahí es que en la sociedad española existía un fermento y un pool de propuestas de repensar la sociedad.