El doctor Diego González Rivas es una sensación mundial en el mundo de la cirugía torácica. Decidió ser médico cuando acompañó a su madre al hospital en el que trabajaba como enfermera y hoy, a sus cuarenta y pocos años, se lo rifan en los mejores hospitales del mundo.
¿El motivo? Enseñar una técnica de operación con la que ha puesto patas arriba los quirófanos, consiguiendo intervenciones más eficaces y mucho menos dolorosas para los pacientes. Y acaba de dar un paso más hacia el futuro gracias a la robótica.
Su técnica permite operar dentro de la cavidad torácica a través de una pequeña incisión intercostal. En ocasiones ni siquiera hace falta intubación traqueal ni anestesia general, facilitando a los pacientes el alta domiciliaria a las 24-48h de la intervención.
Antes de eso, había que separar las costillas entre 10 y 15 centímetros para poder acceder al pulmón y los postoperatorios eran dolorosísimos. Antes de él, otros habían operado con tres incisiones, con dos, pero nadie lo había hecho con una.