Alejandro Cencerrado: "No hay que obsesionarse con la felicidad porque esta es pasajera"
¿Qué es la felicidad? ¿Cómo conseguirla? ¿Se podrá medir? Alejandro Cencerrado, físico experto en Big Data y analista de datos jefe del Instituto de la Felicidad de Copenhague, nos responde estas cuestiones en 'Por fin no es lunes'.
Desde Aristóteles a Victoria Camps. Son muchos los grandes pensadores que a lo largo de la historia se han planteado esta cuestión. ¿Qué es la felicidad? Quizá la clave haya que buscarla en las palabras de Séneca. En las páginas de su obra, 'De vita beata'.
Los griegos la denominaron “EUDAIMONIA” y la vincularon al carácter y a la personalidad de cada uno. Al igual que aseveraron que la felicidad se conseguía viviendo una vida simple y acorde con la naturaleza. Así cuando Alejandro Magno, el gran descubridor y conquistador de su época, se encontró con el harapiento y desastrado filósofo Diógenes, no es de extrañar que ocurriera esto.
Alcanzar la felicidad es lo más ansiado del ser humano. ¿Cómo conseguirla?, sigue siendo un misterio. O quizá, quién sabe, tenía razón Marcel Proust, al afirmar que uno nunca es tan infeliz como cree serlo.
¿Se podrá medir la felicidad? La respuesta es afirmativa. El Instituto de la Felicidad de Copenhague lleva haciéndolo desde hace casi una década y Naciones Unidas elabora cada año un Informe Mundial sobre la Felicidad. Finlandia, Islandia y Dinamarca son los países más felices del mundo. España no se encuentra entre los primeros puestos. Pero ¿qué diferencia a las sociedades felices de las menos felices?
Encontramos estas respuestas con Alejandro Cencerrado, físico experto en Big Data y analista de datos jefe del Instituto de la Felicidad de Copenhague. Nos define qué es la felicidad para él: "Para mí la felicidad es un día que quiero que se repita mañana".
No obstante, dice que ellos en el Instituto de la Felicidad de Copenhague prefieren no establecer una definición y lo que hacen es preguntar a la gente si viven en un país que hace sol, si han estado con personas que valoran y aspectos relacionados con su bienestar. "Preguntamos a la gente cómo se siente y luego valoramos si son felices o no", indica.
Además, sostiene que esto va evolucionando en las diferentes etapas de nuestra vida y que en cada momento buscamos ser felices de una forma.
La felicidad es pasajera
La felicidad se puede medir. Los resultados son utilizados incluso por los gobiernos. Cencerrado nos da un consejo: "No hay que obsesionarse con la felicidad porque es pasajera. Llevo 15 años apuntando mi felicidad y no he conseguido aumentarla. Creo que tenemos que empezar a hacernos a la idea de que la felicidad duradera es imposible. Las malas rachas vienen de vez en cuando y esto nos pasa a todos”.
"Tenemos que empezar a preocuparnos por fortalecer nuestras relaciones. No están fácil saber hacer esto. A nivel laboral hay que preguntarle a la gente cómo se siente", cuenta.