El adiós a los vehículos diésel y gasolina en 2035 preocupa a los conductores por el precio de los eléctricos: ¿Qué coche me compro?
La Unión Europea ha fijado 2035 como fecha tope para decir adiós a los vehículos de combustión interna, lo que genera mucha preocupación entre los conductores que no saben qué coche adquirir o cuándo es mejor hacerlo.
2035 esa es la fecha que ha fijado la Unión Europea para decir adiós a los coches de combustión interna. A partir de ese año, no se van a poder vender automóviles diésel o gasolina tras el Pacto sobre las emisiones de CO2 alcanzado en octubre de 2022.
Pero el plan es mucho más ambicioso, pues el objetivo último es que desde 2050 no circule por las carreteras del continente ningún coche que no sea 0 emisiones. A esto se suma el encarecimiento del diésel y la gasolina o las mayores restricciones para los vehículos con motor de combustión.
Con este panorama en ciernes, muchos conductores están haciendo muchas preguntas y son fundamentales: ¿Qué hago con mi viejo coche? ¿Merece la pena cambiar a uno eléctrico con el gasto que supone la infraestructura que necesita? ¿Va a ser el coche eléctrico el futuro de la movilidad o van a aparecer nuevos sistemas? En definitiva, ¿qué va a pasar con los coches en los próximos 10 años? ¿Y qué decisión tenemos que tomar como consumidores y posibles compradores?
Sobre el futuro del vehículo particular, en Por fin no es lunes hablamos con Joan Dalmao, director editorial de Coches.net, y Francisco Casas, fundador de Emovily, empresa líder en la instalación y montaje de puntos de recarga y paneles solares.
La pregunta está sobre la mesa: ¿qué coche me compro: eléctrico, híbrido o gasolina?
Dalmao explica que cuantas más opciones tengamos, más posibilidades hay de que una de ellas sea la más adecuada para nuestro tipo de uso. Afirma que lo primero que tenemos que saber es qué uso hacemos del coche y en función de eso, buscar lo que más se adapte. Por ejemplo, aquella persona que ya pueda lanzarse a la movilidad eléctrica, "que lo haga", pero "detrás tienen que tener dinero y un puesto para recargar en su casa".
"Sí estamos en un momento en el que aquellas personas que se muevan en ciudad o que vivan en una isla, que no vayan a hacer más de 300 km o 400 km al día o que eso lo hagan de manera muy ocasional, ya pueden pasarse al eléctrico. Les costará más dinero, pero ahorrarán durante el uso del coche y contaminarán en uso menos que con cualquier otro coche, y no tendrán problema para entrar en ZBE (Zona de Bajas Emisiones)", explica.
Sin embargo, aquellas personas que viven en un piso en el que no pueden enchufar su vehículo o hacen más kilómetros de los antes mencionados, "deben seguir apostando por la combustión", pero dentro de ella, "lo más interesante son los coches híbridos convencionales porque en ciudad gastan muy poco, tienen un consumo más propio de un diésel, no son mucho más caros que un coche de gasolina y ahora parecen la opción más lógica".
¿Y aquellas personas que no tengan la opción económica de comprarse un eléctrico?
Casas explica que el vehículo eléctrico está yendo cada vez más rápido y en el caso de España, a nivel de infraestructuras, estamos dentro de los tres países de Europa con más puntos de recarga rápidos y súper rápidos: "Es verdad que en otros países, que empezaron antes, hay más puntos de recarga, pero es lenta". En comparación, el coste de la electricidad contra la combustión es un 80%-20%: "Tener un vehículo eléctrico en Madrid te cuesta un 80% menos en comparación con la combustión".
Para los que en este momento no podría permitírselo, aconseja poner la vista en China porque están viniendo "muy fuerte" coches eléctricos con unos precios muy asequibles y un modelo de pago por uso que va a hacer que el vehículo eléctrico "explote".
Sin embargo, Dalmao asegura que para aquellos que todavía no tengan posibilidad, aún hay tiempo para decidir porque uno de los principales problemas es que España no ha hecho una "estrategia de electrificación" como sí han hecho los países nórdicos: "No se ha incentivado la compra con medidas complementarias como la bajada del IVA o un impuesto a los vehículos de combustión tendente a igualar el precio. Y ese dinero que se consigue de más con los vehículos de combustión lo puedes dar a los usuarios que compran un eléctrico a modo de descuento. Se podría haber permitido la circulación por el carril bus, como se hizo en Noruega".
"España lo ha dejado a la iniciativa de las marcas, que han ido trayendo coches eléctricos cada vez más, aunque es cierto que la mayoría son de gama alta porque es mucho más fácil convencer ahí que no en coches de gama básica porque el precio del eléctrico en gama básica es mucho mayor que en gasolina y la gente no se lo puede permitir", afirma.