¿Cómo hemos cambiado en un año? La crisis del coronavirus ha producido muchos estragos en la sociedad. Nos ha cambiado el ánimo, la manera de pensar, de actuar, la forma de relacionarnos. Ha cambiado nuestra vida por completo.
¿Se han planteado éticamente las pautas y las medidas de seguridad? ¿Las hemos respetado? Y una cuestión importante: ¿hemos tratado correctamente a las personas? ¿a nuestros mayores? ¿Cómo ha sido el antes y el después tras la pandemia?
Reflexionamos sobre ello con Adela Cortina, catedrática de Ética de la Universitat de València. Aunque su opinión es muy clara: "La sociedad, desgraciadamente, ha cambiado muy poquito. Estamos repitiendo los viejos errores y obsesiones".
Sin embargo, asegura que "tenemos certezas" y "debemos ir a ellas y resolverlas": "De esta crisis, lo que se ha producido es un aumento tremendo de la pobreza y las desigualdades, además de muertes y sufrimiento", dice.
Adela Cortina dice que pandemia va a haber siempre, la época postpandemia no existe. "Siempre va a existir ese riesgo y tenemos que prevenirlo", afirma. Además de prevenir estas situaciones en las que se busca ayuda sanitaria, hospitales, médico, enfermeros, Cortina señala que existen otras realidades "que están a la vuelta de la esquina" y en esta pandemia "se ha visto que los que están mal situados lo pasan mucho peor que los que están mejor situados, aunque aquí ha muerto todo tipo de personas".
La catedrática indica que en esta crisis los mayores han sido a los que más les ha afectado el virus. Además, insiste en que "no estábamos preparados para atender a las personas mayores que puedan tener estas dificultades". “Hay que prepararnos para el futuro. Que existan residencias públicas para la gente que no tiene dinero, residencias bien monitorizadas y relacionadas con hospitales y que no haya gente que no muera sola. Esto ha sido tremendo. Esto no puede quedar en mano de las organizaciones solidarias", declara.
Adela Cortina sostiene que son tiempos difíciles para cambiar éticamente, pero es algo necesario: "Parece que estamos todos a nuestras cosas, pero tenemos que hacerlo. Es una necesidad vital y no solo por las pandemias o por el cambio climático, sino porque día a día hay gente que está sufriendo".