El misterio de las bandadas de estorninos

Un domingo más Mario Viciosa nos acerca a la ciencia de forma sencilla. Hoy en Divulga que algo queda nos descubre el misterio de las bandadas de estorninos, uno de los espectáculos animales más llamativos. Son auténticas coreografías imposibles. Pero, ¿qué hacen para generar semejantes dibujos en el aire? ¿Cómo es posible que nunca se choquen? Y lo que es más sorprendente, ¿qué tienen que ver los estorninos con uno de los premios Nobel de este año? Mario Viciosa está hoy en tierra de estorninos, en la provincia de Álava.

Poco a poco en terrenos cultivados de esta zona y de todo el norte de Castilla y Aragón empezarán a volar en grupos, según los fríos se vayan instalando. Eso tiene que ver con su época de cría, cuando tienen que estar atentos a los pollos. En esta época picotean lombrices en cualquier suelo, también en las ciudades, en las rotondas. Pero para empezar expliquemos qué es un estornino. El estornino es un pájaro del tamaño de un puño o un poco más, negro con el pico ámbar, como un mirlo pequeño, o moteado, dependiendo de la especie. Las dos son típicas de la meseta española. En estas tierras los llaman también tordos. Justo antes de la pandemia, colonizaron el gran árbol de las Juntas Generales de Álava que, desde entonces, parece tener voz propia al anochecer. La cuestión es que tiene que haber muchísimos juntos, cerca de los dormideros, para que se den estas nubes mágicas en forma de bandada. Se juntan para protegerse antes de ir a dormir. De esta forma les es menos tediosa la labor de conseguir alimento al vuelo, cuando salen los bichos. También se piensa que evitan a sus depredadores naturales, como el halcón. Haciendo estos dibujos masivos en el aire parecen un solo bicho más grande. No se atreven con él y despistan bastante.

¿Por qué no se chocan? Parece que hay algo de juego de imitación, que se propaga a razón de 400 pájaros por segundo. Pero en 2008 empezaron a hacerse grabaciones a cámara superlenta de estas bandadas para ver qué pasaba a nivel individual. Y se llevaron una sorpresa. Un estornino no se fija en todos los compañeros que tiene cerca. Se fija sólo en siete, como mucho, para adecuar su rumbo y velocidad. Y su compañero, en otros siete, y así sucesivamente. De ahí los patrones en olas desde nuestra perspectiva. Pero nuestro ojo nos engaña. Lo que parecen apelotonamientos temporales por cambios de velocidad puntuales son a veces rotaciones tridimensionales de los pájaros, que nos dan la impresión de acercamiento, cuando, en realidad es un cambio de perfil.

Los estorninos y el Premio Nobel

A Giorgio Parisi, el italiano de la terna, le han dado un Nobel por poner orden en cosas desordenadas. Parisi consiguió entender que en el desorden puede llegar a haber patrones, pero a nivel microscópico. Solo que se parece a lo que hacen los pájaros en una bandada. En sus palabras: “El cambio de comportamiento de un animal afecta y es afectado por todos los animales del grupo, sin importar lo grande que sea”. Correlaciones libres de escala. Él lo aplica a los átomos que forman cristales, entre otras cosas. O a inteligencias artificiales. Aunque para inteligencias, una de esas épicas en la historia de la humanidad.

Mozart tuvo por mascota a un estornino durante 3 años. Tiempo más que suficiente para enseñarle música. El pájaro se aprendió algunas composiciones del maestro porque los estorninos son muy buenos imitadores. El de Mozart tarareaba sus obras y les hacía hasta arreglos. Está documentado cómo le metió un sol sostenido y un calderóm en el allegretto. Cuando el estornino murió le organizó un señor funeral, con invitados vestidos de riguroso negro, como el pájaro cantor.

Mario Viciosa además nos responde a la duda de la semana ¿por qué los plátanos tienen motitas? ¿Quieres saber la respuesta? Pues todos los detalles en Divulga que algo queda de Por fin no es lunes.